tag:blogger.com,1999:blog-84627922024-03-23T13:24:46.647-05:00Cuando mis dedos acarician las teclasUnas cuantas caricias para transmitir lo que veo, pienso, siento y creo...Diana Patiño Florhttp://www.blogger.com/profile/17808058131914092642noreply@blogger.comBlogger947125tag:blogger.com,1999:blog-8462792.post-17723458878082454732024-03-18T23:30:00.000-05:002024-03-18T23:30:14.126-05:00Día de m.<p style="text-align: justify;">No es un <i>"no te pongas así"</i>. No es un <i>"ahí te los dejo"</i>. Es un <i>"¿quieres hablar?"</i>. Es escuchar. Y escuchar no para responder, es escuchar para entender. Es validar. Es validar que una persona se frustra, se ofusca, se abruma. No entiende. Y quiere entender. Porque comprender es aliviar.</p>Diana Patiño Florhttp://www.blogger.com/profile/17808058131914092642noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8462792.post-4760398839686056542024-01-21T17:35:00.002-05:002024-01-21T17:36:12.281-05:00Entre repisas.<p><span style="font-family: inherit; font-size: 12pt; text-align: justify;">No recuerdo cuando llegué a tus
manos. Eras una niña a la que le encantaba leer. Gusto que heredaste de tu
padre. Por lo tanto, quién mejor que él mismo para obsequiarme. Tampoco puedo
precisar cuántas veces me has leído. Sé que han sido muchas. Muchísimas. Y sé
que seguirán siendo más. En la historia que habita entre mis hojas siempre
encontrarás cobijo, esperanza, luz y guía.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: inherit; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">Cuándo empezó el juego entre
ustedes de moverme de una repisa a otra es otra pregunta que tampoco puedo
responder. ¿Se pusieron de acuerdo o surgió de manera espontánea? Conociendo a
Roberto (lo que pude conocer cuando me encontraba en su repisa), puedo imaginar
que un día me vio en tu repisa, me agarró y me llevó con él. Así de ocurrido
era él. Quizá se le antojó leerme y me tomó sin avisarte. Espera… ¿Fui
secuestrado?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: inherit; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">Un día que lo visitaste me viste
en su repisa y pensaste: “¡Ah! ¡Y tú qué haces aquí!”. Y me volviste a llevar
contigo. Así comenzó el juego. Cada vez que se visitaban, yo me convertía en
objeto de contrabando. De tu repisa a la de él. Y viceversa. Lo lindo de este
vaivén es que me hice amigo de más libros.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: inherit; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">Pasó tanto tiempo y la memoria es
tan frágil, sobre todo la de Roberto, que ya no recordaban a quién yo
pertenecía. Ahí el juego escaló a: “El libro es mío y tú te me lo estás
llevando”. Un día, Roberto puso su rúbrica en la primera hoja. Estampando así su
derecho de posesión. Tal como marcaba todos sus libros. Cuando viste la R le
reclamaste, entre risas. Roberto se puso rojo tomate, como siempre que no se
contenía la risa cuando hacía alguna travesura. En esos momentos dejaban de ser
padre e hija para convertirse en dos niños jugando y divirtiéndose.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: inherit; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">El último periodo en que estuve
en la repisa de Roberto jamás me imaginé que no lo volvería a ver. Y ese día,
en que te vi entrar, con tu hermano y una amiga, no entendí el motivo de tu
tristeza. “¡Hey! ¡Aquí estoy! ¿Dónde está Roberto?” Empezaron a empacar todo,
guardar en cartones y fundas todas sus pertenencias.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: inherit; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">Llegaste a la repisa y pude ver
el dolor en tus ojos. Me viste, me tomaste muy lentamente, acariciaste mi
portada y me abriste. Viste la R y rompiste en llanto. Me abrazaste. Tu hermano
y tu amiga no entendían y corrieron a contenerte. Yo tampoco lo entendí ese
día.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: inherit; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">Desde ese día ya no hay más
viajes. Desde ese día sólo estoy en tu repisa. Desde ese día soy tu libro más
preciado.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i><span lang="ES" style="font-family: inherit; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">“- Por la noche mirarás las estrellas. La mía es demasiado pequeña para que
te muestre dónde se encuentra. Es mejor así. Mi estrella será para ti una de
las tantas estrellas. Entonces, te gustará mirar a todas las estrellas. Todas
serán tus amigas. Y además voy a hacerte un regalo...<o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i><span lang="ES" style="font-family: inherit; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">Volvió a reír.<o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i><span lang="ES" style="font-family: inherit; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">- ¡Ah! ¡Hombrecito, hombrecito, me gusta escuchar esa risa!<o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i><span lang="ES" style="font-family: inherit; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">- Justamente ése será mi regalo... será como con el agua...<o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i><span lang="ES" style="font-family: inherit; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">- ¿Qué quieres decir?<o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i><span lang="ES" style="font-family: inherit; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">- La gente tiene estrellas que no son las mismas. Para quienes viajan, las
estrellas son guías. Para otros no son más que pequeñas luces. Para otros que
son sabios, ellas son problemas. Para mi hombre de negocios significaban oro.
Pero todas esas estrellas son mudas. Tú tendrás estrellas como no tiene
nadie...<o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i><span lang="ES" style="font-family: inherit; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">- ¿Qué quieres decir?<o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i><span lang="ES" style="font-family: inherit; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">- Cuando mires el cielo por la noche, dado que yo estaré en una de ellas,
dado que yo reiré en una de ellas, entonces será para ti como si rieran todas
las estrellas. ¡Tú tendrás estrellas que saben reír!<o:p></o:p></span></i></p>
<i><div style="text-align: justify;"><i><span face=""Calibri",sans-serif" lang="ES" style="font-family: inherit; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Y
volvió a reír.”</span></i></div></i><div><i><span face=""Calibri",sans-serif" lang="ES" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;"><br /></span></i></div><div><i><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZnkgVRD3lNHsxs5eedFHrXW0C7Eun3Fgr9TUjAiRkn4Wq10Ulj4JtXk-GEskBE9V4RAWd5pgIMymHEjoC-oWUvjp_07gq9wZVed-YN6WWve6fvyMB-Qkg_lpJEg6v7tGLQ4NYC4EbzC-54SXeElW5KQ_tjp4DYEXT6hrdsvP-XdE04ds1suQn/s1599/WhatsApp%20Image%202024-01-21%20at%205.34.20%20PM.jpeg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1599" data-original-width="899" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZnkgVRD3lNHsxs5eedFHrXW0C7Eun3Fgr9TUjAiRkn4Wq10Ulj4JtXk-GEskBE9V4RAWd5pgIMymHEjoC-oWUvjp_07gq9wZVed-YN6WWve6fvyMB-Qkg_lpJEg6v7tGLQ4NYC4EbzC-54SXeElW5KQ_tjp4DYEXT6hrdsvP-XdE04ds1suQn/s320/WhatsApp%20Image%202024-01-21%20at%205.34.20%20PM.jpeg" width="180" /></a></div><br /><span face=""Calibri",sans-serif" lang="ES" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;"><br /></span></i></div>Diana Patiño Florhttp://www.blogger.com/profile/17808058131914092642noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8462792.post-34354691643865882682024-01-21T17:28:00.001-05:002024-01-21T17:28:21.492-05:00Descolores.Desde que se acabó el rojo la humanidad perdió el control. <div><br /></div><div>Primero desapareció el amarillo. Ver un sol rosado no funcionaba igual. Por más que los Agentes de Colores intentaron hacernos creer que sólo era cuestión de tiempo hasta acostumbrarnos. </div><div><br /></div><div>Cuando amanecimos sin el color azul, todos alzamos los ojos al cielo. Un cielo turquesa marmoleado con verde fue algo repulsivo de ver. </div><div><br /></div><div>En la televisión anunciaban las nuevas gafas All-color-again 2.0 pero todos sabíamos que seguían siendo la versión beta. </div><div><br /></div><div>Esta vida descolorida no podía seguir así. </div><div><br /></div><div>Y cuando creímos que no podíamos estar peor, una mañana mientras le ponía azúcar al café y me disponía a saborear ese primer sorbo, el sabor dulce desapareció.
</div>Diana Patiño Florhttp://www.blogger.com/profile/17808058131914092642noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8462792.post-29330564878324700932024-01-21T17:25:00.001-05:002024-01-21T17:25:37.544-05:00Rutinas extrasensoriales.La mujer que amo se ha convertido en fantasma. Y eso cambió toda nuestra rutina. Dormimos juntas, pero ya no podemos tender la cama al día siguiente. O tomar café. A veces me sigo olvidando y preparo dos tazas. Esos días me acelero más de la cuenta y ella se ríe de mis ocurrencias. <div><br /></div><div>Cada tanto, Pedro y Lucía me visitan para hacerme seguimiento. Ella se esconde para que no la vean. Olvidándose que nadie la puede ver. </div><div><br /></div><div>- <i>¿Cómo estás?</i> – Me pregunta Lucía. </div><div>- <i>Estam… Estoy. Estoy bien. Trato de adaptarme. </i></div><div>- <i>Sabes que no estás sola</i> – Me responde con un tono compasivo. </div><div>- <i>Lo sé. </i></div><div><br /></div><div>Y sonrío mientras la veo asomarse detrás del aparador. Le guiño un ojo cómplice y la hago sonrojarse. </div><div><br /></div><div>- <i>Lo sé.
</i></div>Diana Patiño Florhttp://www.blogger.com/profile/17808058131914092642noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8462792.post-43254753024878237832023-06-23T10:28:00.007-05:002023-06-23T10:28:55.449-05:00No te quiero.Ya no te quiero.<div>Ya no te quiero porque <b>decidí </b>no quererte.</div><div>¿Te guardo cariño? Sí. Por el recuerdo de lo que fue, lo que fuimos. Lo que aprendí contigo. Lo que <b>aprendí de mí</b> estando contigo.</div><div>Te digo no. Y al <b>decirte no me estoy diciendo sí a mí</b>.</div><div><br /></div><div><b>Gracias</b>.</div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHAVkBcv8kMDBHllUMhDJb9I8hGTxZyvEsm3bp8HsbO7Ta3-zlU8EYMimVT4gCIO1R3C2pPv5hve7h59kGDFEsMqxb3gLH9MD8sCDtaszfsoU44h4geasEPe06YHxN63pxVFXF3iWTeER6ZFhsimFOr1hAFyxv7aJQHhL5tEoptDrBTCpY3n91/s612/istockphoto-1209737930-612x612.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="612" data-original-width="612" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHAVkBcv8kMDBHllUMhDJb9I8hGTxZyvEsm3bp8HsbO7Ta3-zlU8EYMimVT4gCIO1R3C2pPv5hve7h59kGDFEsMqxb3gLH9MD8sCDtaszfsoU44h4geasEPe06YHxN63pxVFXF3iWTeER6ZFhsimFOr1hAFyxv7aJQHhL5tEoptDrBTCpY3n91/s320/istockphoto-1209737930-612x612.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Fuente: <a href="https://www.istockphoto.com/es/fotos/child-hugging-self" target="_blank">istockphoto</a></td></tr></tbody></table><br /><div><br /></div><div><br /></div>Diana Patiño Florhttp://www.blogger.com/profile/17808058131914092642noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8462792.post-86751127942684320342023-05-21T14:10:00.000-05:002023-05-21T14:10:12.283-05:00Al despertar.<p> <table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnVjyb5SVN0grb5IPHYFSrxLxpyXISg5fhcuVHuRyPSkTHRcMGui5_R_Xl3PLo6ddBV_5Eq6wI5jomQWrq3pig3hcGPMA5cUKW0I3autFlK2wPk_6kW3-PFoRMLs-YfXDvhPZT6rDYDOqIx4JBc6aKRVw8ECKVXa1Y5lHfE5Z04kPQbrlEAw/s196/Captura.PNG" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="157" data-original-width="196" height="157" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnVjyb5SVN0grb5IPHYFSrxLxpyXISg5fhcuVHuRyPSkTHRcMGui5_R_Xl3PLo6ddBV_5Eq6wI5jomQWrq3pig3hcGPMA5cUKW0I3autFlK2wPk_6kW3-PFoRMLs-YfXDvhPZT6rDYDOqIx4JBc6aKRVw8ECKVXa1Y5lHfE5Z04kPQbrlEAw/s1600/Captura.PNG" width="196" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Fuente: <a href="https://www.redbubble.com/es/i/lamina/Abrazos-pareja-de-TamaraThalmann/45347408.TR477" target="_blank">Redbubble</a></td></tr></tbody></table></p><p><br /></p>- Hola.<br />- Hola.<br />- Mucho gusto.<br />- El gusto es mío.<br />- El placer es nuestro. Si me permite decirle, me gusta mucho su mirada.<br />- Y a mí su sonrisa.<br />- Si no le incomoda, puedo quedarme y hacerle compañía.<p></p><p><br /></p><p>Y se quedaron.</p>Diana Patiño Florhttp://www.blogger.com/profile/17808058131914092642noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8462792.post-19030116958129196632023-05-18T09:00:00.009-05:002023-05-21T14:05:28.532-05:00La puerta.<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtHPfawCVax2MZQzbm2zs6v91qFsJPaPZMlWv0MGPXIVCIGHD-t4OM5J3Bwdh1Vhf8Y7lN6ysoS6jG6Jb_QsUZ-nAI_fXT7Cp559JziUXnd5gXZh8tb65RMa0ZDiZNUO39p8bPHjgdHd5z2XlJQmg5nslkENHlEFNN3uLds8QrQZ4gdcurNw/s2048/FwanM-KaUAA52nk.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="922" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtHPfawCVax2MZQzbm2zs6v91qFsJPaPZMlWv0MGPXIVCIGHD-t4OM5J3Bwdh1Vhf8Y7lN6ysoS6jG6Jb_QsUZ-nAI_fXT7Cp559JziUXnd5gXZh8tb65RMa0ZDiZNUO39p8bPHjgdHd5z2XlJQmg5nslkENHlEFNN3uLds8QrQZ4gdcurNw/s320/FwanM-KaUAA52nk.jpg" width="144" /></a></div><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p>- Esa puerta, ¿A dónde lleva?<p></p><p>- Al lugar que tú quieras.</p><p>- Mmm... Hay un problema.</p><p>- ¿Cuál?</p><p>- Estoy exactamente en el lugar donde quiero estar.</p><br /><p><br /></p>Diana Patiño Florhttp://www.blogger.com/profile/17808058131914092642noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8462792.post-70934508018491292872023-05-07T22:42:00.002-05:002023-05-07T22:48:02.982-05:00Los gemidos de Pavlov.<p style="text-align: justify;">Se dice que somos animales de costumbre. Y que en 21 días puedes crear un nuevo hábito. Nosotros necesitamos apenas uno, quizá dos, para reforzarlo. Despertarnos con la alarma, encontrarnos en la cocina y darnos los buenos días mientras uno sacaba los ingredientes para preparar el desayuno y el otro buscaba en su celular la banda sonora de la mañana, para luego, juntos, entre baile, risas, miradas cómplices y cáscara de manzana preparábamos la primera comida del día, la favorita de ambos. Luego el "niño" (con más canas y experiencias vividas) llegaba y se unía. Y así los tres compartíamos conversaciones variopintas. Siempre con risas, siempre con buena vibra.</p><p style="text-align: justify;">En el tercer día (o noche, más bien), gracias a un inmovilizador e incómodo dolor de cuello, se agregó un nuevo hábito a la rutina: dormir juntos. Tu cama era más grande, la mía improvisada y pequeña. La conexión fue inmediata. Ambos estábamos (estamos) rotos y, sin darnos cuenta, al abrirnos y acercarnos en nuestra vulnerabilidad nos estábamos curando. Historias similares de fracasos, que si los vemos bien, no lo son. O debemos sacarles ese estigma que la sociedad y crianza nos han impuesto. Son decisiones necesarias que debemos tomar para seguir caminando en este sendero llamado vida. Sendero que siempre puedes modificar porque, como bien dice la frase: <b><i>"caminante no hay camino, se hace camino al andar"</i></b>. Son aprendizajes que nos vuelven más fuertes y más sabios. Más humanos, reales y auténticos. Nos enseñaron que los fracasos son malos pero estábamos justamente en un taller donde teníamos que fracasar y disfrutar de ese estado. De esa vulnerabilidad. Sin miedo. <b>Ay, el universo es tan lindo cuando te encaja las cosas en el momento justo</b>.</p><p style="text-align: justify;">Destendimos juntos la cama. Me acosté yo, te acostaste tú. Nos arropamos. El frío (¿sólo el frío?) hizo que nuestros cuerpos se acercaran para prodigarse calor (¿sólo calor?) y así, sin más, encajamos. Mi brazo por encima de tu pecho. Tu mano acariciando mi brazo. Mis dedos se perdían en tu cabello. Nuestras piernas se entrelazaron. Sentíamos nuestras respiraciones. Podía escuchar el latir de tu corazón. Intentamos quedarnos dormidos pero no pudimos. Cambiábamos de posición cual bailarines de contact. Siempre tocándonos. Con mucho cariño, con mucho respeto. Cuidándonos.</p><p style="text-align: justify;">Así pasaron los minutos, muchos, muchos minutos, sin poder dormir. Lo sentíamos. <b>Nos sentíamos</b>. Queríamos acercarnos más. Yo quería besarte. Sabía que tú también. La respiración nos delataba. Pero ninguno decía nada. El temor se colaba entre los espacios que dejaban nuestras curvas. La incertidumbre se hizo presente. Pero la honestidad brotó de mi boca al susurrarte: <i>"Es obvio que queremos besarnos"</i>. Escucharte decir <i>"sí"</i> me hizo sonreír y aunque estábamos en penumbras creo que te diste cuenta. <i>"Pero tengo miedo que esto cambie esta linda dinámica que estamos creando"</i>, te dije. Y tú también temías lo mismo. Porque sabemos que hay momentos en la vida en los cuales das un paso y no hay marcha atrás. Y estábamos a punto de tomar uno. Se dieron un par más de intercambios verbales, confesiones y anhelos y nuestros labios se acercaron lentamente. Nuestras lenguas dejaron de producir vocablos para transformarse en otro tipo de sonidos. <b>Ay, el universo es tan lindo cuando te encaja las personas en el momento justo</b>.</p><p style="text-align: justify;">Despertar al día siguiente, juntos y sonriendo fue el primer indicio de que la dinámica no iba a cambiar. Pero resulta que sí lo hizo. Cambió, para mejor. Descubrimos que compartíamos las mismas rutinas, como ser madrugadores, el gusto por retozar un rato antes de levantarnos, el ser metódicos para tender la cama, meditar. Nuestros movimientos estaban tan sincronizados que parecían ensayados. Si yo entraba al baño tú doblabas la ropa. Si tú te cepillabas los dientes yo llenaba los termos con agua. En ocasiones nos adelantábamos al pensamiento del otro. Si yo pensaba en el abrigo tú ya los tenías listos para elegir. Si tú buscabas tu morral yo ya lo tenía en la mano. Y así la dinámica se enriqueció.</p><p style="text-align: justify;"><b>Cuatro días se convirtieron en ocho. Y ocho se transformaron en diez</b>. Días para conocernos, noches para explorarnos. Nos hicimos bien. Fuimos terapia. Confirmamos que la esperanza no debe perderse y que aunque podemos extraviarnos y ver nublado el camino debemos seguir caminando, confiando en que esa neblina se va a disipar en cualquier momento. En que volveremos a ver con claridad. Confiar en la incertidumbre. Aprender a aceptar, a soltar. Disfrutar el momento. Estamos aquí y ahora. Fueron diez días en que crecimos (y también nos hicimos chiquitos), reímos, lloramos, sentimos. Vivimos. ¡Estamos vivos!</p><p style="text-align: justify;">Gracias es lo Mínimo que puedo decirte. <b>¿Y desearte? Bueno, eso lo dejaremos en suspenso... Sabes lo que te quiero decir, ¿no?</b></p>Diana Patiño Florhttp://www.blogger.com/profile/17808058131914092642noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8462792.post-59455286786454983252023-04-13T08:08:00.098-05:002023-04-18T11:11:49.098-05:00El lengüetazo.<p>Hoy me pasó algo bonito mientras meditaba. Hace <a href="https://nitadp.blogspot.com/2008/01/palabras-mi-pap.html" target="_blank">15 años mi papá murió en Ayampe</a>, en la playa en la que estoy en este momento escribiendo esto. Me vine desde el domingo a la playa y cada día he estado meditando. Sé que debería meditar todos los días pero por dejadez no lo he estado haciendo. Sin embargo acá en este ambiente salino y con las olas del mar de fondo es mucho más rico. El mantra de cada día ha surgido mientras estoy meditando. No es que ya lo leí antes o lo pensé. Sale mientras estoy en plena meditación. </p><p>El día de hoy estaba sentada en el lugar "exacto" donde sacaron su cuerpo del mar, entre comillas porque la memoria es buena para protegerte y en verdad no recuerdo con exactitud el lugar pero sí otros pequeños detalles, como mis zapatillas hundiéndose en la arena mientras corría o su pie que sobresalía de la sábana con la que lo tenían tapado y la tobillera que le arranqué y guardé un buen tiempo. Y mientras me encontraba en plena meditación de repente sentí unos pasos cerca mío, pasitos atolondrados y apurados. Al instante sentí un lengüetazo en la cara y unos pelos que me empezaron a saludar. Automáticamente abrí los ojos y vi un hermoso perro blanco saludándome, disfrutando de la playa, contento de verme y de que esté ahí. No sé si habrá sido papá, como diciendo: "¡Qué alegría verte aquí!". Estaba con otro perro más tranquilo, como diciendo: "Eehhh... Aquí está bien la cosa, saluda nomás. Hola, ¿Qué tal?" </p><p>Ese perro me llenó de arena, de alegría. Y ese perro me inspiró el mantra del día de hoy y fue el mantra que subí a <a href="https://www.tiktok.com/@nitadp_/video/7221539331649916165" target="_blank">TikTok</a>: <b>"Recibo y agradezco lo que el universo tiene para mí"</b>. </p><p>Fue la interrupción más hermosa que he tenido en una meditación.</p><p><br /><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGYR2hkcj-PkYu7fw18oPjMa6KQHN55HdCSZ7I5FdCDDyOsGhkwiIJNab_eIkTy7LSXxIOWvqMa22k2LLcwx1e-j5VO8CW18HaRiQB4TBWvsz7CuHnyOkdpqL3CjExYCjGjmeCf8wTpFs4LHhgkVcvjbP6yIohy8hwBlcwlPS7ZdlQ52or4Q/s4080/IMG_20230413_080038.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="4080" data-original-width="1836" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGYR2hkcj-PkYu7fw18oPjMa6KQHN55HdCSZ7I5FdCDDyOsGhkwiIJNab_eIkTy7LSXxIOWvqMa22k2LLcwx1e-j5VO8CW18HaRiQB4TBWvsz7CuHnyOkdpqL3CjExYCjGjmeCf8wTpFs4LHhgkVcvjbP6yIohy8hwBlcwlPS7ZdlQ52or4Q/w180-h400/IMG_20230413_080038.jpg" width="180" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La única foto que pude tomarles. El blanco fue el saludón.</td></tr></tbody></table><br /></p><p>Postdata: Al día siguiente, en otra playa, me saludó otro perro. Bello.</p>Diana Patiño Florhttp://www.blogger.com/profile/17808058131914092642noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8462792.post-52796371239210364562023-03-29T13:24:00.003-05:002023-03-29T13:24:32.505-05:00Carta a mi depresión 2.<p>Querida depresión:</p><p>Ayer cumplí 40 años y fue un día donde pude fluir y volver a sentirme bien. Ayer entendí, en parte, por qué estás aquí, jodiéndome. Ayer hice ejercicio y me sentí bien. Hice videos entrenando, bailando, los subí a mis redes y me sentí bien. Me subí a mi bici y salí al centro a hacer unos trámites y me sentí súper bien. Me di dos regalos: el primero fue una renovación para cerrar un ciclo y el segundo el primer paso para iniciar otro que siempre ha sido mi pasión. Regresando a casa compré un espejo y comprobé que tengo herramientas maravillosas para conseguir lo que quiero: una hermosa sonrisa, una buena actitud y la confianza en la bondad de la gente. Ayer callé esa vocecita que me la han inculcado desde pequeña y que me dice que no puedo, que no soy capaz, que confío mucho en la gente y que debo pensar con malicia. Ayer soplé una vela y pedí un deseo. Ayer recibí felicitaciones de las personas que me quieren. Recibí palabras de aliento, de apoyo. Ayer no me sentí sola.</p><p><b>Porque no estoy sola.</b></p><p>Depresión, estás aquí para hacerme ver lo valiosa que es mi vida. Lo importante que es hacer lo que amo, lo que me inspira, lo que me llena. Lo necesario que es <b>SER</b> quien soy. Con toda mi fuerza y pasión. Y que no tengo que complacer a todos. Que debo rodearme de personas que me aporten, me sumen y vibren conmigo. Y el resto que siga su camino. Y si no les gusta, jódanse. Allá ellos.</p><p>Estoy aquí por un motivo. Y si en este momento me siento sin rumbo o que no tengo propósito no estoy perdida. Sólo estoy parada en una parte del sendero donde se dibujan distintos caminos. Tengo que elegir uno nuevo y avanzar. Moverme. Porque lo que no se mueve se estanca, lo que se estanca se pudre y lo que se pudre muere.</p><p>Tengo tantas razones para estar agradecida.</p><p>Voy a salir de esto. Lo sé. Confío en mí.</p><p>Depresión, no sé cuánto tiempo más vas a estar conviviendo aquí pero no te acomodes tanto.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjYw8YQov_y0nLoRhN22Mm7yrSrtv6VUP0HGXESmkJCpEdT2LRkSPusPK8-L87S-2_UvLjhAxRzDvxx5Oo33FmK3AHlJdQ7Qdy6J9MnVzFgDhiYNmS3pWvAJZD296rpp96L7kZ8pkgz_DSIOyKra8KjVzUEUh_IEpPMueN3lihbwySmX8jk0Q/s720/11018600_741031682668717_186394903851164662_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="720" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjYw8YQov_y0nLoRhN22Mm7yrSrtv6VUP0HGXESmkJCpEdT2LRkSPusPK8-L87S-2_UvLjhAxRzDvxx5Oo33FmK3AHlJdQ7Qdy6J9MnVzFgDhiYNmS3pWvAJZD296rpp96L7kZ8pkgz_DSIOyKra8KjVzUEUh_IEpPMueN3lihbwySmX8jk0Q/s320/11018600_741031682668717_186394903851164662_n.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Fuente: <a href="https://www.facebook.com/godepression/" target="_blank">Goodbye Depression.</a></td></tr></tbody></table><br /><p><br /></p>Diana Patiño Florhttp://www.blogger.com/profile/17808058131914092642noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8462792.post-14119096734546194082023-03-27T22:08:00.006-05:002023-03-29T13:24:54.391-05:00Carta a mi depresión.<p>Hola, depresión. No te pregunto cómo estás porque sé que estás bien. Bien instalada. Y eso, aunque para ti esté bien para mí está mal. ¿No has escuchado esa frase que dice que el muerto a los 3 días apesta? Bueno, tú llevas más tiempo aquí. Y sí, apestas. Por eso he decidido escribirte esta carta. Darte forma. Hablarte directo. </p><p>Dime, depresión: ¿Qué quieres de mí? ¿Qué quieres enseñarme? ¿Qué debo aprender? ¿Cómo trabajo contigo para hacerte desaparecer? Estás aquí por un motivo. La bendita crisis de la mediana edad. Y claro, se me juntaron varias crisis en el mismo momento y a veces siento que no puedo más. De pronto un día estoy bien, al siguiente también pero luego de un par de días más, vuelves a aparecer. Me ciclo. Me meto al bucle. Al menos hoy, hoy salí más rápido. Estoy aquí escribiendo estas líneas, hice ejercicio, limpié la suite. Lloré, sí. Me sentí en la mierda, sí. Me siento incapaz, también. Pero ahora le estoy diciendo a esa vocecita interior que me boicotea: "¡Vete a la mierda!" Y pintando un mandala puedo hacer un juego de palabras y decir: "Mándala a la mierda".</p><p><b>*****************************************</b><b>*****************************************</b></p><p><b>INICIO DEL BUCLE.</b></p><p>16 - marzo - 2023</p><p>Escribir para fluir. Para soltar. Desahogar. Deshacerme. </p><p>¿Dónde estoy? Quiero que regrese ese antiguo yo. Estable. Alegre. Armonioso. Positivo.</p><p>Ahora soy más yo. Más auténtica. Más real. Quiero resurgir. Florecer. Combinar esa alegría que tenía con mi nueva versión.</p><p>Me abrumo. Me anulo. Me lleno de peros. De miedos. ¿Quién soy? ¿Qué quiero?</p><p>Apagada. Triste. Melancólica. Deprimida. Aguada. Desanimada. <b>Lánguida</b>. Perdida. Desorientada. Desubicada. Sin rumbo. Sin norte. Ni sur. No soy. No estoy.</p><p>Hombros caídos. Rostro triste. No sé qué hacer para encontrarme. Mi esencia se fue. Se diluyó. Siento que morí. Me estoy consumiendo. Extinguiendo. Adiós.</p><p>¿Renaceré? ¿Resurgiré? ¿Volveré?</p><p>Me extraño. Me hago falta. Me quiero de regreso.</p><p>Y lloro. Por todo. Y lloro. Estoy cansada.</p><p>Vuelve a mí, por favor.</p><p>Kernel panic.</p><p><b>FIN DEL BUCLE.</b></p><p><b>*****************************************</b><b>*****************************************</b></p><p>Sé que voy a salir de este estado. Aquí estoy. Confío en mí. Soy capaz. No sé cuándo. Creo que sé cómo. Pero me faltan herramientas todavía. Y ayuda. Necesito ayuda.</p><p>La depresión tiene muchas caras.</p><p>Confía, Diana. Confía. Escúchate. Sé que estás ahí, aquí. No me he ido. No me he apagado. No me he perdido. Sólo estoy nublada. </p><p>Respira.</p><p>Respira.</p><p>Respira.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyh7By1ku8RAyfgHjOR12A9Rhbe_jzktlL_7MzzQfWvTHLtLqLtgn_IMWrbtM7pDfa4EqqTqw7h_0X50RtgziYHNgqOttwaRa_XonibaI9mR9x8UH7DU6zKHh9y_q9itBEad0u4YSXCRZen1ldZS38HibZ4QBRGaQEiflHtRZpAEp1jzl8wg/s447/Depression-Kitty.PNG.webp" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="447" data-original-width="416" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyh7By1ku8RAyfgHjOR12A9Rhbe_jzktlL_7MzzQfWvTHLtLqLtgn_IMWrbtM7pDfa4EqqTqw7h_0X50RtgziYHNgqOttwaRa_XonibaI9mR9x8UH7DU6zKHh9y_q9itBEad0u4YSXCRZen1ldZS38HibZ4QBRGaQEiflHtRZpAEp1jzl8wg/s320/Depression-Kitty.PNG.webp" width="298" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div>Fuente: Kitty Beaumont Bouchet, (AKA the Depression Kitty). Big Mouth</div></td></tr></tbody></table><div style="text-align: center;"><br /></div>Diana Patiño Florhttp://www.blogger.com/profile/17808058131914092642noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8462792.post-5474798232075114032023-02-22T00:20:00.002-05:002023-02-22T01:34:51.309-05:00Curándome<p>Resulta que no apesto. Y mis piernas tampoco pesan. Se me ve linda despeinada. Uno de mis mayores atractivos es mi gran sonrisa. Sin darme cuenta, poco a poco, lo fui olvidando. Me fui olvidando.</p><p style="text-align: right;"><i>"Bonita".</i></p><p>Me gustan mis brazos, mis estrías. La camiseta naranja que ya tiene un huequito. Los zapatos con los pasadores sucios. Sin darme cuenta, poco a poco, dejé de creer. De creerme.</p><p style="text-align: right;"><i>"Mi diosa".</i></p><p>Me gusta tener sexo. Tocar y que me toquen. Besar y que me besen. Toda. Todo. Morder, halar el cabello, clavar las uñas. Dejarme llevar por la música. Jugar con manjar o leche condensada. Beber, beberte, bebernos. Sin darme cuenta, poco a poco, fui cediendo. Me fui cediendo.</p><p style="text-align: right;"><i>"Me gusta saborearte".</i></p><p>Me gusta hablar, conectarme. Me gusta que me escuchen. Escuchar. Empatía. Sentir algo que, quizá, en este plano no se pueda explicar. Sentir que pertenezco a algo más. Algo más grande. Algo infinito. Superior. 11y11.</p><p style="text-align: right;"><i>"Tú y yo seremos eternas".</i></p><p>Aprendí que puedo amar y ser amada como siempre quise. Aprendí a no resignarme. Aprendí que lo que quiero es real y es posible. Aprendí a pedir lo que quiero. A poner límites.</p><p style="text-align: right;"><i>"Te encontré. No te vuelvas a perder".</i></p><p>Recordé que me gusta dedicar y que me dediquen canciones (77 en el momento en que escribo esto) y hacer cursilerías. Aprendí a inventar monólogos y hablarle al público. Volví a jugar ajedrez (guárdalo por ahora, porque todavía tienes que ganarme) y a bailar en público aunque no haya música sonando. Porque el ritmo está dentro de mí.</p><p style="text-align: right;"><i>"¡Qué dice Luchita!"</i></p><p>Y así estoy, hallándome, descubriéndome, definiéndome, curándome, amándome. Ahora es momento de volver a mí. A sanar mi tierra para volver a sembrar. Para germinar, florecer, cuidar, mantener y valorar. Algo sano, algo mutuo. Construir. Trabajar.</p><p>Hoy me dejaste en el aeropuerto. Me voy. Pero, tal como dijiste, te quedas con el mandala y la camiseta con una condición: que regrese. Así que este no es un adiós.</p><p><br /></p><p style="text-align: center;">Tú, y sin ti yo no. Tú, y sin ti ya no. </p><p style="text-align: center;">Florecer mirándote a los ojos, perfección. </p><p style="text-align: center;">Yo quisiera que me quisieras por ser yo, solo yo, la mejor. </p><p style="text-align: center;">Y entre toda esta gente nos fuimos a encontrar parecíamos predestinados para así bailar. </p><p style="text-align: center;">Tú has llegado a encender cada parte de mi alma cada espacio de mi ser. </p><p style="text-align: center;">Me metí en tu mente y tú en la mía yo soy tu demente y tú mi manía. </p><p style="text-align: center;">Era tu historia se cruzó con la mía tanta gente, tanta gente ahí fuera y coincidir aquel día. </p><p style="text-align: center;">Quiero darte un beso perder contigo mi tiempo guardar tus secretos cuidar tus momentos. </p><p style="text-align: center;">Y solo mírame con esos ojito' lindo' que con eso yo estoy bien hoy he vuelto a nacer. </p><p style="text-align: center;">Madre mía, ¿Cómo se hace para tanta conexión? </p><p style="text-align: center;">Sé que tú me miras a los ojos y es algo único sé que yo siempre quiero más. </p><p style="text-align: center;">Esta misma historia continua solo cambia el escenario en la escena del amor. </p><p style="text-align: center;">Y lo que opinen los demás está de más quien detiene palomas al vuelo. </p><p style="text-align: center;">Y ahora que estás aquí, aquí, aquí quiero hacerte pasar un buen rato, el mejor de los ratos. </p><p style="text-align: center;">Y si me voy a perder quiero perderme contigo. </p><p style="text-align: center;">No me importa si eres hombre o si eres mujer yo te veo como un ser de luz de cabeza a los pies. </p><p style="text-align: center;">No sé qué me hiciste pero vivo diferente. </p><p style="text-align: center;">¡Ay! No me llames loca por quererte así. </p><p style="text-align: center;">Porque me hizo sentir que gané la lotería antes de ella no sabía que alguien podía amarme así. </p><p style="text-align: center;">Y yo no sé si te tengo y aún no te he perdido si esto será eterno. </p><p style="text-align: center;">Ay, quiero ver tu perversión hasta dónde llegas, hasta dónde me has llevado. </p><p style="text-align: center;">Y donde quiera que vaya yo te llevo conmigo. </p><p style="text-align: center;">Who can say if I've been changed for the better but because I knew you I have been changed for good.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQ1JP7EovgQ-aZ1aO0hQvrXacmzYqwRYXBSNm60--hx73NxeWoRQESs-LAxUCpCeiQpcSKqG-sN8uqUfQI9gmoBiEUbtdzsuUgz6umWQ0Qot88halJcWHDsJNBHLxreu-2TchbziuemE8EX5LHTfLPNMHP83CBiLGeMDIiZQJydF8ytaUHeA/s552/Captura.JPG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="532" data-original-width="552" height="308" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQ1JP7EovgQ-aZ1aO0hQvrXacmzYqwRYXBSNm60--hx73NxeWoRQESs-LAxUCpCeiQpcSKqG-sN8uqUfQI9gmoBiEUbtdzsuUgz6umWQ0Qot88halJcWHDsJNBHLxreu-2TchbziuemE8EX5LHTfLPNMHP83CBiLGeMDIiZQJydF8ytaUHeA/s320/Captura.JPG" width="320" /></a></div><br /><p style="text-align: center;"><br /></p>Diana Patiño Florhttp://www.blogger.com/profile/17808058131914092642noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8462792.post-87220512256776146942023-02-03T11:40:00.000-05:002023-02-03T11:40:47.548-05:00La visita y una flor.<p style="text-align: justify;">No sabía si ir o no. Estaban atravesando problemas y no quería importunar con su presencia. Conversó con una amiga al respecto y le dijo: <i>"anda"</i>. Se vistió, sacó las monedas del monedero y salió de casa. <i>"En la tienda que está cerca le compraré alguna chuchería"</i>. En el bus ni siquiera leyó el libro que llevó. Su mente no paraba de pensar, procesar, analizar, recordar. Su corazón de sentir. <i>¿Estará bien que vaya? ¿Y si la estoy jodiendo?</i> Pero una vocecita le seguía insistiendo. </p><p style="text-align: justify;">El bus llegó a su destino, se bajó y empezó a caminar. Cruzó la calle. Conforme se iba acercando, su corazón palpitaba con más ímpetu. Divisó la tienda, entró, buscó con la mirada algo que le gustara y cuando hurgó en sus bolsillos no encontró las monedas. <i>¡Cómo!</i> - se preguntó. <i>¿Dónde están?</i> Metió la mano en todos los bolsillos y en ninguno las encontró. <i>¡Diablos! Las dejé en la cama</i>.</p><p style="text-align: justify;">Salió de la tienda y siguió caminando. <i>Algo en el camino encontraré -</i> pensó para sí. Y la naturaleza es sabia y el universo maravilloso, porque una cuadra antes de llegar se alzaba entre todo el cemento unas pequeñas flores amarillas. Sonrió y se acercó a arrancar una cuando algo viscoso sintió en sus dedos. Al verlos, estaban embarrados de algo café. <i>Oh, no.</i> Sí, eso mismo que ustedes están pensando lo pensó ella también. Se embarró de caca de algún amiguito de 4 patas.</p><p style="text-align: justify;">Por suerte no es tan asquienta, así que, con la otra mano arrancó otra flor y siguió caminando. ¿Recuerdan que el universo es maravilloso? Justo antes de girar en la esquina unos señores estaban trabajando y ella les pidió de favor si tenían algo con lo que pudiera limpiarse la mano. Ellos, muy acomedidos, conectaron una manguera y el agua brotó para limpiar no sólo sus dedos, también se fue llevando un par de dudas consigo. Les agradeció y siguió.</p><p style="text-align: justify;">Llegó a la casa, alzó la mirada al balcón y decidió llamarla.</p><p></p><div style="text-align: justify;">- <i>Hola.</i></div><div style="text-align: justify;">- <i>Buenos días.</i></div><div style="text-align: justify;">- <i>Buenos días.</i></div><div style="text-align: justify;">- <i>¿Estás en casa?</i></div><div style="text-align: justify;">- <i>Sí...</i></div><div style="text-align: justify;">- <i>¿Puedes asomarte?</i></div><div style="text-align: justify;">- <i>Bueno...</i></div><p></p><p style="text-align: justify;">No colgaron. La escuchó caminar, quitar el candado. Ella sonreía. Estaba ansiosa por verla asomarse. Para que la vea como una cojuda romántica enamorada parada en plena calle con una flor amarilla. Sí, la clásica escena de película de comedia romántica. Es más, había una cámara arriba siguiéndola, otra cámara arriba enfocando hacia abajo (la misma de arriba si estamos cortos de presupuesto) y otra cámara abajo haciendo un POV. De repente la vio asomarse y supo que hizo bien en ir.</p><p></p><div style="text-align: justify;">- <i>¿Puedo subir?</i></div><div style="text-align: justify;">- <i>Bueno...</i></div><p></p><p style="text-align: justify;">Colgó y caminó a la puerta. La bendita puerta con la maldita cerradura a la que todavía no le agarra la maña y pelea para poder abrirla. Pelea, pelea, pelea, un giro, pelea, pelea, pelea, pelea, otro giro, pelea, pelea, pelea, pelea, pelea, por fin el último giro. Haló y no se abrió del todo. ¡QUÉ! Tenía puesto el pestillo por dentro. La escuchó acercarse detrás de la puerta y le indicó que no podía abrirla. Ella terminó de hacerlo. Abrió y se vieron. Ella estaba ahí, parada, vulnerable, en interior y camiseta, con ojitos tristes, parecía que todavía se asomaban un par de lágrimas de sus ojos. Ella se acercó, con la flor en la mano izquierda y sonrió.</p><p style="text-align: justify;">- <i>Te cuento que no puedo tocarte con esta mano porque al querer arrancar la flor, no esta sino otra, me embarré de ca-ca...</i> - fueron las palabras que salieron casi en un hilo de voz y en un tono tan suave e infantil, justificándose.</p><p style="text-align: justify;">Y ella rio. Así, con ojitos tristes, se rio. Se le acercó y la abrazó. Y sus corazones sonrieron.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgC9lSwgPtFfdMPQ3ahgMYJBFrk-UFUlpa_EIRP0dbgjls5YBiK6tgRS7425_O2MMw0_a0IwaKgcCumoSo3yVwkzmJtvcQopVP9ihnaDGGelsWEV2GFOPa5r-xovKMDKpaUfn1V3Cwgdu4WINfc-qAsR6pEkr3fRI-H0xR4b0oItcytB0tZAw/s1500/187438104-597bb55c3df78cbb7a25db2f.webp" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1447" data-original-width="1500" height="309" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgC9lSwgPtFfdMPQ3ahgMYJBFrk-UFUlpa_EIRP0dbgjls5YBiK6tgRS7425_O2MMw0_a0IwaKgcCumoSo3yVwkzmJtvcQopVP9ihnaDGGelsWEV2GFOPa5r-xovKMDKpaUfn1V3Cwgdu4WINfc-qAsR6pEkr3fRI-H0xR4b0oItcytB0tZAw/s320/187438104-597bb55c3df78cbb7a25db2f.webp" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><a href="https://www.aboutespanol.com/plantas-con-flores-amarillas-2032529" target="_blank">Fuente</a></td></tr></tbody></table><br /><p style="text-align: justify;"><br /></p>Diana Patiño Florhttp://www.blogger.com/profile/17808058131914092642noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8462792.post-58344279734837636352022-12-06T15:22:00.000-05:002022-12-26T08:07:51.297-05:00La baqueta.<p style="text-align: justify;">Comenzamos teniendo tres cosas en común: el nombre, el reloj y la orientación sexual. Conforme pasaba el tiempo esta lista de coincidencias se fue incrementando. Nada es casualidad, asegurábamos las dos. Y a veces, cuando crees que tienes la vida resuelta, el universo te sorprende colocándote en un momento y lugar preciso para aprender más de ti.</p><p style="text-align: justify;">Ese sábado acudimos juntas al plantón. Y por más experiencia que tengas siempre estás expuesta a que te suceda algo. Y ese día pasó. En un acto cobarde y traicionero, un agente de la autoridad te roció gas lacrimógeno a quemarropa por la espalda. Los gritos y reclamos de todos los presentes no se hicieron esperar. Y la humanidad afloró en todos al correr a socorrerte. Entre lágrimas y gritos de dolor intentamos aliviar el ardor. Te quitamos la camiseta y te cubrimos la cabeza con otra, a modo de carpa, para soplarte humo de cigarrillo. Tú seguías llorando. Yo no sabía qué hacer, nunca había estado en una situación así.</p><p style="text-align: justify;">Terminamos saliendo del lugar para ir a la casa de una de las compas. Te metimos al baño y, con celular en mano, buscamos como quitarte esa huevada de encima. Un litro de leche y varias jarras de agua jabonosa después tú seguías sufriendo. Yo no sabía qué más hacer, nunca había estado en una situación así.</p><p style="text-align: justify;">En un momento de lucidez (o conexión con algo más) cerré la puerta del baño y te desvestí. Me quité también toda la ropa y nos metimos a la ducha. Te bañé. Te abracé. Te besé. Mientras lavaba tu cabello sentí el ardor en mis ojos. Todavía tenías gas encima y empecé a llorar también. Cerré mis ojos y seguí restregando. Toda tú temblabas. Y no era por el frío.</p><p style="text-align: justify;">Te enjaboné toda, de pies a cabeza. El agua nunca dejó de correr. Al igual que mis caricias por todo tu ser. De pronto, mi boca se unió y empecé a decirte cuán orgullosa estaba de ti y lo admirable que eres. Una mujer fuerte, decidida, luchadora, valiente. Alguien que cambia la vida de las personas que topa.</p><p style="text-align: justify;">Y así, entre el shampoo, el jabón y el amor te fuiste calmando. Tu piel ya no estaba enrojecida y respirabas con tranquilidad. Ya no llorabas. No me dejabas de abrazar. Yo no te iba a soltar.</p><p style="text-align: justify;">No sabemos cuánto tiempo habrá pasado. Cerré la llave del agua y procedí a secarte muy suavemente. Te sentía tan vulnerable que cuidaba todos mis movimientos para no lastimarte.</p><p style="text-align: justify;">Y así, aunque al comienzo no supe qué hacer ya que nunca había estado en una situación así, me dejé llevar por la energía básica que nos mueve: el amor.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiU4JW7cJmftGp_8cn6BminaNRDwZ7BbQQOUANU5reKibzuRcHo_iF66oD6ht0oltrMs_NBnk5q9stAgqczBtb4T_cF4GlfCJpPOH0SP6xkiRAczMbD_Tgzm6kpfXcNEwIGJegeBtP4To0h3pzn-7tyN4ApsjPxMw3XMbQ98fmZw2_1i4z40w/s640/279619387_563883395050685_3977199060101121318_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="640" data-original-width="640" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiU4JW7cJmftGp_8cn6BminaNRDwZ7BbQQOUANU5reKibzuRcHo_iF66oD6ht0oltrMs_NBnk5q9stAgqczBtb4T_cF4GlfCJpPOH0SP6xkiRAczMbD_Tgzm6kpfXcNEwIGJegeBtP4To0h3pzn-7tyN4ApsjPxMw3XMbQ98fmZw2_1i4z40w/s320/279619387_563883395050685_3977199060101121318_n.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Fuente: <a href="https://www.instagram.com/p/CdEwBjpLXAR/" target="_blank">Percha</a></td></tr></tbody></table><br /><p style="text-align: justify;"><br /></p>Diana Patiño Florhttp://www.blogger.com/profile/17808058131914092642noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8462792.post-23088717927002008732022-11-15T10:28:00.000-05:002022-11-15T10:28:05.574-05:00¿Quién eres tú para decirme cómo debo verme?<p style="text-align: justify;">Hoy estaba entrenando en el gimnasio con una compañera. Entre una serie y otra me cuenta que no se ha vuelto a poner una pequeña licra, le queda súper bonita, que viene con una faldita encima. ¿Porqué? Porque tiene celulitis y le da <b>vergüenza</b>. Luego, en la clase de spinning, le veo a otra compañera un lindo hoodie nuevo y le comento que estaba muy bonito y le quedaba muy bien. Me agradeció y al instante se lo alza un poco para agarrarse la "guata" y decirme: <b>"lo único malo es esto"</b>. Yo le sonrío y le digo que no tiene nada de malo.</p><p style="text-align: justify;">Y pienso en que yo atravieso la misma situación todos los días. No estoy conforme con mi cuerpo. Desde adolescente no lo he estado. Siempre mirándome al espejo y pensando que estoy gorda. Inclusive cuando bajé de peso y llegué al ideal, el reflejo del espejo me seguía diciendo que me faltaba. </p><p></p><ul style="text-align: left;"><li style="text-align: justify;">Te falta bajar más.</li><li style="text-align: justify;">Tienes muslos muy grandes.</li><li style="text-align: justify;">Te cuelga la piel de los brazos. El "doble hola", las "alas de murciégalo".</li><li style="text-align: justify;">Esas pantorrillas parecen liquid paper.</li><li style="text-align: justify;">Malditos rollitos.</li></ul><div style="text-align: justify;"><b>¿Quién te crees para venirme a decir cómo debo verme para sentirme bien conmigo misma? </b>¿Por qué me vendes una crema para borrarme las estrías? ¿Por qué debo someterme a una cirugía para verme más joven? ¿Por qué no puedo volver a usar un vestido que me gusta porque ya lo usé en una fiesta anterior? ¿Por qué debo ponerme tacos si son incómodos? ¿Por qué debo maquillarme para verme bonita?</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><b>Continuamente nos están bajando la autoestima.</b> Las revistas, los comerciales, la industria, el sistema. No podemos sentirnos bien con nosotras. No les conviene. Porque así seguiremos consumiendo los miles de productos que nos chantan para poder sentirnos mejor. Pero nunca lo logramos, siempre habrá un pero. Y siempre vendrá un producto nuevo para satisfacer nuestro amor propio.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El otro día una persona muy especial me dijo: <b>"si te vieras a través de mis ojos"</b>. Yo le contaba que cuando llegué a mi peso ideal me veía al espejo y veía que todavía me faltaba. Y ahora que veo las fotos de esa época me digo: "qué chucha, estaba súper bien". Pero para mis ojos no. Porque justamente nuestra mente es nuestro peor juez y verdugo. Y de plano me remata diciéndome: <b>"estás súper bien ahora"</b>.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Porque desde niñas nos van metiendo en el mate la obsesión por el peso y la imagen. <b>La niña debe estar siempre bonita, arreglada, presentable, calladita, educadita, con una sonrisa.</b> Una muñequita. Y a esta muñequita le justaba subirse a los árboles, correr, sudar, despeinarse. A esta niña le gustaba comer. "No, no, no, bocados pequeños". "No se embarre, no se ensucie, no importa que sea una hamburguesa, se come con cubiertos". Si el placer que da comer con las manos es fantástico.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Así que vamos a hacerle yuca a todas esas bombas cargadas de críticas, paradigmas y cánones de belleza. <b>Yo decido cómo verme y qué ponerme para sentirme bien.</b></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Déjame ser. </div><p></p>Diana Patiño Florhttp://www.blogger.com/profile/17808058131914092642noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8462792.post-19554532503034077752022-09-12T10:45:00.001-05:002022-09-12T10:45:23.851-05:00Derecha.<p>Se conocieron deslizando a la derecha. Ambos tenían la sensación de conocerse desde antes, aunque no sabían de dónde. Lo más seguro es que se hayan visto en algún lugar y no lo recuerdan. Pero sus rostros eran familiares. ¿En otras vidas? ¿Universos alternos?</p><p>Ella no busca amor. ¿Él? Ella no lo sabe. Cuando le preguntó él respondió: <i>"lo mismo"</i>. No busca amor entonces, ella pensó para sí. Pero al decir "lo mismo" no se sabe qué mismo busca. <i>Quizá no busca nada específico</i>, susurró una pequeña vocecita en su cabeza. <i>Que se dé lo que se tenga que dar</i>, sentenció la misma voz. Y él estuvo de acuerdo.</p><p>Es a esa voz a la que le gusta jugar, contigo, que me estás leyendo, conmigo, quien está escribiendo, con él, quien me está inspirando. Aquel juego de seducción tan fácil de jugar, de seguir las reglas. Pero primero, establezcamos las reglas: </p><p style="text-align: center;"><i>Lo primero es que sea soltero</i></p><p style="text-align: center;"><i>Con cerebro sería el dos</i></p><p style="text-align: center;"><i>Que esté bueno va de tercero</i></p><p style="text-align: center;"><i>Y de paso que tenga buen humor</i></p><p>Ahora esa vocecita sugestivamente propone: "<i>Tocará pasar al siguiente punto en la historia. Tú y yo en el mismo lugar. Piénsalo..." </i>¿Ya estamos en ese punto? Se preguntaron ambos. "<i>Una cerveza cada uno. Una mesa. Quizá música de fondo", </i>acotó la voz.</p><p>Y por ahora hasta aquí llega este escrito. Estamos en apenas el piloto. Quizá ni pasemos de este primer capítulo.</p><p style="text-align: right;"><i>Que se dé lo que se tenga que dar.</i></p><p><br /></p><p><br /></p>Diana Patiño Florhttp://www.blogger.com/profile/17808058131914092642noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8462792.post-72586404040522623762022-01-11T17:03:00.001-05:002022-01-11T17:18:40.674-05:00Volando<p>- <i>Sabés que pasa luego de una reunión en la que te vea no? </i></p><p>- <i>Lo sé. Pero me haré la cojuda. </i></p><p>- <i>Jajajaja</i></p><p>Me imagino tu risa, ya que sólo puedo leerla. ¿Será sonora? O quizá más cortica. Me imagino soltando juntos una buena carcajada. El humor es algo tan importante para mí. ¿Te pondrás rojo como yo?</p><p>Me imagino acariciando tu cabello. ¿Será suave? ¿Se perderán mis dedos entre ellos? Será que, quizá, ¿pueda halarlo un poco? Ya sabes por dónde va la cosa... Todo sea por verte disfrutar.</p><p>Me imagino tus manos. ¿Su tacto será firme y delicado? ¿Estrujan? ¿Amasan? ¿Encajarán con las mías? ¿Son de las que se deslizan suavemente sólo con las puntas? ¿O de las que aprietan con ganas de poseer? Rózame cuando nadie vea. Veamos si me erizas...</p><p>La imaginación es una herramienta muy poderosa. Una fantástica, necesaria y deliciosa forma de acercarnos.</p><p>¿Te gusta poner música? ¿Algún incienso o velas? Dijiste que podía regarme el vino para que tú lo bebieras de mi cuerpo. ¿Qué otros manjares me colocarías encima? Bébeme. Cómeme entera. Hagamos un bacanal.</p><p>Y podría seguir detallando aquí lo que mi querida, sucia y pervertida mente se imagina, pero no lo haré. Prefiero dejarte con las ganas. Con esas mismas ganas que nos tenemos.</p><p>Con esas mismas ganas que, espero, algún día nos quitemos...</p>Diana Patiño Florhttp://www.blogger.com/profile/17808058131914092642noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8462792.post-75315068371562171062021-10-13T17:40:00.000-05:002021-10-13T17:40:03.980-05:00Tender la cama.<p style="text-align: justify;">Hoy desperté desganada. La alarma del novio sigue sonando de lunes a viernes, así que por más que no quiera despertar temprano, toca hacerlo. Hoy creo que ni siquiera la escuché. O estaba tan profundamente dormida que no me afectó. Sé que no abrí los ojos y seguí dormitando. A fin de cuentas no tengo que ir a un trabajo ni marcar entrada en un biométrico, así que no importa si sigo en cama.</p><p style="text-align: justify;">Hoy es, o fue, uno de esos días en que no quiero, quería, salir de la cama. ¿Cómo lo sé? Porque ni siquiera quiero tenderla. El novio se dio cuenta. ¿Cómo? Yo soy una <i>"morning person"</i>. Apenas me despierto me activo y ya soy un ente útil para la sociedad. Él, en cambio, necesita procesar el hecho de haberse despertado en contra de su voluntad. Por ende yo soy la que se levanta de una y empieza su rutina matutina: preparo el desayuno y me equipo para ir al gimnasio. Hoy no fue así. Hoy no quería hacer nada. Cuando volví a abrir los ojos, sumergida en mis pensamientos negativos, encontré mi jarro con café recién pasado encima de mi velador. Un acto de amor. 💓</p><p style="text-align: justify;">No sé si han visto el video del discurso motivacional del Almirante que empieza hablando de la importancia de tender tu cama. En caso de no ubicarlo, dense una vueltica y véanlo.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/0ll7tZWdTUM" width="320" youtube-src-id="0ll7tZWdTUM"></iframe></div><br /><p style="text-align: justify;">Me identifico plenamente con ese sentir: empezar mi día con un acto tan simple como tender la cama es algo que me hace sentir bien conmigo misma. Y es por eso que me doy cuenta que estoy en un bajón de mi montaña rusa emocional. Cuando no quiero hacerlo. Sin embargo trato de no estancarme o quedarme mucho tiempo abajo y volver a subir.</p><p style="text-align: justify;">Estar sin trabajo me desanima. Porque no me siento útil. Es ahí cuando la mente me boicotea. Porque sé que soy valiosa, pilas, y un gran aporte para cualquier empresa que me contrate. Pero no, la vocecita bandida esa dentro de mi mente me cuchichea y jode. "Quédate acostada. No hagas nada". Y no vengo a darles el secreto o la solución para que no les pase lo mismo. No la tengo. Sólo vengo a contarles mi sentir. Mi experiencia. Es como si nos estuviéramos tomando un café y me preguntaras qué tal mi día.</p><p style="text-align: justify;">¿Qué tal mi día?</p><p style="text-align: justify;">Fui tarde al gimnasio. Pero fui. El profe ya me conoce cuando tengo pereza, porque le envío un emoji específico, y me anima para que vaya a entrenar.</p><p style="text-align: justify;">Hice unas compritas para la cena de hoy. Y mientras escribo esto, un pollo está dorándose en el horno.</p><p style="text-align: justify;">Terminé de ver Inside Pixar. ¿Dónde aplico para trabajar con ellos?</p><p style="text-align: justify;">Le escribí a dos contactos informándoles que estoy buscando trabajo y les hice llegar mi hoja de vida.</p><p style="text-align: justify;">Y claro, tendí la cama. Y verla así, me calma. Me da paz. </p><p style="text-align: justify;">Hoy no ha sido un día grandioso. Y está bien. No todos los días son iguales ni fantásticos ni tienen que ser excelentes. Sáquese ese falso positivismo que te dice que siempre debes estar feliz. Está bien sentirse miserable a veces. Desmotivado. Desganado. Pero a final de cuentas depende de ti en qué emoción vas a quedarte. O cuál va a prevalecer. He tenido días mejores y peores. Hoy ha sido un día común y corriente de una mujer de 38 años que vive en Ecuador y está actualmente desempleada. Quizá mañana sea mejor. Espero que no sea peor.</p><p style="text-align: justify;">Pero aunque se lea tonto, tendí la cama.</p>Diana Patiño Florhttp://www.blogger.com/profile/17808058131914092642noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8462792.post-83866396840810981622021-09-08T12:56:00.004-05:002021-09-08T12:56:39.316-05:00Dicha<div style="text-align: justify;"><i>1. Estado de ánimo de la persona que se siente plenamente satisfecha por gozar de lo que desea o por disfrutar de algo bueno. </i></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Es extraño sentirse dichosa en la Metrovía. Pero en este momento, camino al trabajo, me siento así. Mientras suena "I still haven´t found what I'm looking for" de U2 en Spotify.
Tengo trabajo, amor, salud, familia.
Veo a las personas cada una inmersa en su mundo. Los audífonos son una maravilla de invento. A veces me pregunto qué estará escuchando cada uno. A través de la ventana acabo de ver un ciclista pedaleando tranquilo. Y me entró una ligera envidia. Porque me gustaría poder ir al trabajo en bici. Lamentablemente queda lejos y toca atravesar avenidas principales y muy transitadas. Así que ha tocado dejarla para apretujarme en la Metro. Sin embargo el avanzar en transporte público le da chance a mi mente para que se eche a volar. A divagar. Ya que no debo estar concentrada en el camino, puedo dejarme llevar por pensamientos aleatorios. ¿Bici o Metro? Bici, de ley.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: center;"><i>I have climbed highest mountains</i></div><div style="text-align: center;"><i>I have run through the fields</i></div><div style="text-align: center;"><i>Only to be with you</i></div><div style="text-align: center;"><i>Only to be with you</i></div><div style="text-align: center;"><i>I have run</i></div><div style="text-align: center;"><i>I have crawled</i></div><div style="text-align: center;"><i>I have scaled these city walls</i></div><div style="text-align: center;"><i>These city walls</i></div><div style="text-align: center;"><i>Only to be with you</i></div><div style="text-align: center;"><br /></div><div>¿Estoy completamente satisfecha con mi vida? No siempre. No creo que la dicha sea algo perenne. Pero sí aprecio y disfruto estos momentos en que me siento dichosa. Es la diferencia entre ser feliz y estar feliz. Ser y estar no es lo mismo para mí. ¿Ya estoy profundizando mucho? Bueno, bueno, le bajo a las revoluciones tantito.</div><div><br /></div><div style="text-align: center;"><i>But I still haven't found what I'm looking for</i></div><div><br /></div><div>¿Todavía no encuentro lo que estoy buscando? En este momento creo que ni siquiera sé qué estoy buscando. ¿Estoy buscando algo?</div></div>Diana Patiño Florhttp://www.blogger.com/profile/17808058131914092642noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8462792.post-18025013826273953132021-06-23T14:56:00.001-05:002021-06-23T14:56:53.982-05:00El primero en saberlo.<p>Salía de hacer unas compritas en un local de confianza. Al decir "de confianza" es porque ya me conocen lo suficiente para dejar la bici en la entrada y no tenga que llevarla al parqueadero para amarrarla. Es lo que me dijo el guardia en una de mis anteriores visitas: <i>"déjela aquí nomás que yo le echo un ojo. Allá atrás no puedo verla"</i>. Es una persona muy agradable de tratar, con quien cruzo par de palabras antes y después de entrar en la tienda. Al salir me preguntó por mi bicicleta, y me enseñó una que están vendiendo en la misma tienda, preguntando mi opinión sobre la calidad. Resulta que cada dos semanas los rotan, y le va a tocar ir a otro local que queda más lejos de su casa, y está pensando ir en bici. Mientras la veía, hablábamos y le daba mi opinión, sonó mi celular. Contesté una llamada que llevaba esperando un día (y medio año). Escuché, agradecí, y colgué. Miré al guardia y le dije:</p><p>- <i>"Usted es la primera persona a la que le digo que acabo de conseguir trabajo".</i></p><p>Enmascarillados y todo pude ver en sus ojos la felicidad. Me felicitó, dio sus bendiciones y deseo que todo me vaya muy bien. Yo no paraba de sonreír. Luego llamé a mi novio. Quien también está muy contento. A mi mamá le diré en persona. Porque sé que va a emocionarse al punto de abrazarme. Y eso no me lo voy a perder en una llamada.</p><p>Tengo otra vez trabajo. Gracias, gracias, gracias. </p>Diana Patiño Florhttp://www.blogger.com/profile/17808058131914092642noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-8462792.post-49071612503441279502021-05-18T14:07:00.000-05:002021-05-18T14:07:21.031-05:00Huelga de mascarilla.<p style="text-align: right;">Guayaquil, 18 de mayo de 2021</p><p style="text-align: justify;"><strike>Querida pandemia:</strike></p><p style="text-align: justify;"><strike>Estimada pandemia:</strike></p><p style="text-align: justify;">Pandemia:</p><p style="text-align: justify;">Es mi deber informarte que hemos decido postergar la boda hasta que te vayas de nuestras vidas. O, por lo menos, hasta que te tengamos más controlada. ¿El motivo principal? No estás invitada.</p><p style="text-align: justify;">Sabemos que será una ceremonia íntima y pequeña. Pero aun así, entre los contados invitados que tendremos, no te queremos presente. Siento mucho tener que hacerte un desplante así.</p><p style="text-align: justify;">Permíteme expresarte nuestro sentir. Queremos tener fotos sin mascarilla. Descubrirnos dándole un fuerte abrazo a alguien. Reírnos a carcajadas sin pensar en esas gotitas de saliva que salen de nuestra boca. Sonar un beso en la mejilla. Queremos libertad de expresión. No más toques de queda ni confinamientos. Lo único que queremos que se contagie la gente es de risas y amor.</p><p style="text-align: justify;">Queremos libertad de celebrar nuestro amor sin restricciones de bioseguridad. Sin temor a que estés entre nosotros y te disperses. Sin tener que medir el distanciamiento o echarnos alcohol frecuentemente en las manos. </p><p style="text-align: justify;">Llegaste a cambiarnos la vida y hemos aprendido a vivir contigo en nuestro día a día. Y no nos gusta. Qué pena ser así de franca pero nos caes mal. Lo bueno es que nuestro amor sigue intacto. Y eso no lo has podido cambiar. </p><p style="text-align: justify;">Ándate nomás, que aquí no te queremos más.</p><p style="text-align: justify;">Atentamente,</p><p style="text-align: justify;">Diana.</p>Diana Patiño Florhttp://www.blogger.com/profile/17808058131914092642noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8462792.post-18881715001739657462021-05-17T13:54:00.004-05:002021-05-18T15:18:30.601-05:00It's a girl<p style="text-align: justify;">Alex está acostado en la camilla del quirófano, desnudo y cubierto por una sábana. Su expresión es de nervios. Sus ojos no dejan de ver todo lo que sucede a su alrededor. Ve los equipos médicos para monitorear sus signos vitales, la lámpara de luz y al personal que se encuentra preparando todo para la cirugía.</p><p style="text-align: justify;">El médico, un hombre de 40 años, se acerca a Alex.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">—¿Cómo te sientes?</p><p style="text-align: justify;">—Ner… nerviosa —respondió con voz entrecortada.</p><p style="text-align: justify;">—Lo sé. Es normal. ¿Estás segura de querer seguir?</p><p style="text-align: justify;">—Sí… Sí, lo estoy —tragó saliva— ¿Todo va a salir bien, doc?</p><p style="text-align: justify;">—Claro que sí. Respira profundo y empieza a contar hacia atrás desde 10. Cuando despiertes, verás en el espejo a la mujer que tienes dentro de ti. Confía, Alexandra.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Alexandra sonríe y empieza a contar en su mente: 10… 9… 8… 7… La anestesia empieza a hacer efecto… 6… 5… 4… Cierra sus ojos… 3… 2… 1… Queda profundamente dormida…</p><p style="text-align: justify;">Afuera en la sala de espera está Beatriz sentada, sosteniendo entre sus manos un peluche en forma de oso. Está nerviosa y mira constantemente el reloj de pared encima de la recepción. A su lado están su cartera y una bolsa de papel de regalo. Beatriz mira hacia arriba y murmura algo, como una plegaria. Baja la mirada al oso y lo aprieta. Vemos que es un peluche gastado por su uso, con una camisetita azul que dice: “It’s a boy”. Beatriz derrama unas lágrimas, aspira profundamente, y mete la mano en la funda de regalo para sacar un peluche, nuevo, en forma de oso con una camisetita rosada que dice: “It’s a girl”. Pone sobre su regazo un oso al lado del otro, los mira, y esboza una sonrisa nerviosa, mientras se seca las lágrimas.</p>Diana Patiño Florhttp://www.blogger.com/profile/17808058131914092642noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8462792.post-62523761218482216392021-05-12T14:59:00.003-05:002021-05-12T14:59:23.463-05:00Pretextos<p style="text-align: justify;">El calor era insoportable. Salir al mediodía a hacer los trámites de costumbre era una tortura para Joaquín. Se solía sentir como un ingrediente más de la sopa caliente en la que se convertía Guayaquil durante el invierno. No sabía si odiaba más el calor o la humedad. Hoy se sentía un fideo flotando entre la papa, la zanahoria, y las arvejas. </p><p style="text-align: justify;">Entrar al banco era el mejor pretexto para refrescarse. Iba a sacar el dinero para pagar el curso de cocina que iba a empezar esa misma tarde. Sus mayores logros eran no romper la yema del huevo frito, o hacer sánduches de jamón y queso. Hacer arroz en olla arrocera no valía. Pero Mariela sí. Valía. Y mucho. Iba a meterse al taller de cocina sólo para verla todos los días. Otro pretexto más. La vida de Joaquín estaba llena de pretextos.</p><p style="text-align: justify;">Módulo 1: Ensaladas.</p><p style="text-align: justify;">Mariela era una mujer muy divertida y espontánea. Joaquín buscaba cualquier pretexto para sentarse cerca de ella y así, cuando tocaba elegir pareja para trabajar, les tocaba juntos. Entre picar tomates y pelar zanahorias, Joaquín descubrió que un secreto de una buena vinagreta era ponerle un toquecito de azúcar para cortar la acidez del limón.</p><p style="text-align: justify;">Módulo 2: Pastas.</p><p style="text-align: justify;">Joaquín solía esperar a Mariela en la entrada del aula, con dos cafés en mano. El de ella, con edulcorante. En su mente estaba haciendo puntos para atreverse a invitarla a salir, pero cada vez que se armaba de valor, algo sucedía. Llegaba un mensaje de texto, u otro compañero llegaba y se unía a la conversación. Joaquín se quedaba con la pregunta en la lengua y la ahogaba con un sorbo de café. Al menos consiguió llegar al punto exacto de cocción de sus fideos. Siempre quedaban “al dente”.</p><p style="text-align: justify;">Módulo 3: Cocteles.</p><p style="text-align: justify;">Luego de 3 Margaritas, 2 Mojitos y 4 Piña Coladas (¿4 o 5? Joaquín ya no estaba seguro) Mariela se encontraba de muy buen humor. Salieron tarde de la clase y ya corría viento de verano. Ese rico viento nocturno que mueve las copas de los árboles y levanta las hojas caídas. Joaquín le ofreció su chompa a Mariela, quien aceptó muy gustosa. Se la quedó viendo, embobado, y estuvo a punto de besarla. Pero se demoró mucho y el taxi llegó. La vio subirse en el carro e irse, y con ella su último pretexto de tener algo llamado amor.</p><p style="text-align: justify;">Y como todo ciclo, el calor volvió. Bendito calor. Joaquín, al menos, ya no se sentía como cualquier papa de la sopa. Ahora era la pierna de cerdo adobada a las finas hierbas rodeada de vegetales que tenía en el horno hace 1 hora. El arroz con queso y albahaca estaba graneadito. El vino ya mismo lo iba a descorchar para que respire. En la pared había colgado su diploma enmarcado. Quizá no encontró el amor que buscaba pero la vida le puso otro en su lugar. ¡Ja! Otro pretexto más.</p>Diana Patiño Florhttp://www.blogger.com/profile/17808058131914092642noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8462792.post-3843073451288222102021-04-15T13:59:00.000-05:002021-04-15T13:59:08.154-05:00Llévese a la niña.<p style="text-align: justify;">Vamos desempolvando este blog. Llevo demasiado tiempo sin escribir algo aquí. Y es que ahora suelo opinar más rápido y en menos caracteres en otras plataformas digitales (entiéndase Facebook y Twitter). Pero hoy se me ha antojado darle un poco más de teclas a la inspiración.</p><p style="text-align: justify;">Me encontraba en la fila del supermercado para pagar par de compras que hacían falta en casa. Era la siguiente. De pronto detrás de mí escucho una voz que decía: "señora, señora", y giré para ver quién osaba <i>señoriarme</i>. Resultó ser <i>otra </i>señora con una niña pequeña dentro del carrito de compras, quien al verme girar me dijo: "señora, llévese a la niña, que está malcriada". En ese momento, aunque la mascarilla me cubre la mitad de la cara, no me cubre los ojos, ergo, la mirada. Bajo la misma para ver a la niña, quien se me queda viendo atenta, con un atisbo de inseguridad. Para los que no me conocen físicamente, mi aspecto puede infundir temor. Mido 1.69, soy tuca, y mi expresión facial neutral es seria. O sea, parezco cabreada. De paso estaba vestida con una pantaloneta deportiva, camiseta, zapatos de caucho y gorra. O sea, toda una <i>marimacha</i>. Dentro de mí surcaron, en una fracción de segundos, algunas respuestas, entre ellas una puteadita de confianza a la mujer que me estaba ofreciendo a la niña, cual mercadería. Volví a subir la mirada hacia ella y le respondí (con un tono muy suave): "no, no puedo llevármela, no es mía. Es suya". Y la mujer, sorprendida ante mi respuesta, dijo: "llévesela, no se está portando bien". </p><p style="text-align: justify;">No-se-está-portando-bien. O sea que es mercancía dañada. Y la despachas. Resultó defectuosa. Y la devuelves. </p><p style="text-align: justify;">Años atrás ya hice una <a href="http://nitadp.blogspot.com/2017/04/le-dejo-al-nino-porque-esta-malcriado.html" target="_blank">publicación </a>sobre este mismo tema. Con links, argumentos y demás donde explico lo perjudicial que es para un niño escuchar este tipo de frases de sus padres, o adultos a cargo.</p><p style="text-align: justify;">Por la expresión de la niña deduje que no era la primera vez que escuchaba esa amenaza. Pero, quizá, era la primera vez en que recibía una conversación directa de la otra persona. "¿Te estás portando mal? ¿Qué quieres hacer?", le pregunté. La niña señaló el estante de los juguetes y dijo: "quiero jugar". Y entendí.</p><p style="text-align: justify;">No sé si se estaba portando "mal". Quizá a la niña ya le habían dicho que no. Pero llevar a un niño a un lugar donde están EXHIBIDOS LOS JUGUETES le va a dar ganas de jugar. Chuta, a ver, yo tengo 38 años, y si entro a una juguetería paso por el pasillo de los juguetes para bebés o niños pequeños y APLASTO LOS BOTONES. Si hay un cartelito que dice TRY ME, créanme, yo pruebo. </p><p style="text-align: justify;">"Mira", le dije, "en este lugar no podemos jugar. Aquí venimos a comprar cosas que necesitamos para la casa. Mira (y le enseñé mis compras), yo estoy comprando azúcar y comida para mi gato. Y veo que ustedes están comprando pan, y otras cosas para comer. Tienes que esperar a llegar a casa y ahí apuesto que podrás jugar". La niña se me quedó viendo, y se quedó callada. La señora igual. Giré y le entregué mis cosas al cajero.</p><p style="text-align: justify;">No sé cómo hubiese sido yo de madre. Es una labor admirable. Quizá iba a terminar perdiendo la paciencia y soltando la misma frase pendeja. Soy impulsiva, y con los años he aprendido a controlarme antes de decir o hacer algo de lo que después me arrepienta. Y todavía me falta mucho por aprender en esta vida. Así que creo que así estoy mejor. Sin descendencia a quien le joda la vida.</p>Diana Patiño Florhttp://www.blogger.com/profile/17808058131914092642noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8462792.post-59591727859327797702020-08-10T21:49:00.002-05:002020-08-10T21:49:43.867-05:00WonderHE LLORADO TODA LA PUTA PELÍCULA. MALDITA SEA.<div><br /></div><div>Y este post va rapidito para decir: ¡GRACIAS!</div><div><br /></div><div>Agradezco estar viva.</div><div>Agradezco tener viva todavía a mi madre. Conmigo.</div><div>Agradezco tener una madre maravillosa. Hermosa. Fuerte. Inteligente. Amorosa. Increíble.</div><div>Agradezco tener familia.</div><div>Agradezco tener salud. Pandemia condenada. Agradezco estar sana. SANA.</div><div>Agradezco tener un novio fabuloso. Acolitador. Amigo. Amante. Camarada. Único. Especial.</div><div>Agradezco tener amigas. Mujeres fantásticas. Que me apoyan. Me entienden. </div><div>Agradezco tener trabajo. Saldo en mi cuenta. </div><div>Agradezco tener techo sobre mi cabeza, comida en la mesa.</div><div>Agradezco haber tenido un padre loco, fantástico. Que se me hizo uno con el mar antes de tiempo. Pero que siempre vive en mis recuerdos.</div><div>Agradezco mi vida. Mis cosas. Mi gato. Mi bici. Mi ropa.</div><div>Agradezco tener un hermano que se me fue lejos, pero gracias a la tecnología nos tenemos cerca. Un hermano que me defiende, me apoya, me extraña.</div><div>Agradezco un gajo de cosas. Agradezco todo lo que he atravesado en mi vida. Agradezco la tartamudez de mi infancia. El haberme sentido fea, gorda, machona. Porque todo eso me hizo lo que soy ahora.</div><div>Agradezco a todas las personas que me apoyaron. Me dieron una mano. Estuvieron ahí para que no decaiga.</div><div>Agradezco a todas las personas imbéciles que se cruzaron en mi vida. Porque me enseñaron muchas cosas.</div><div>Agradezco mis errores. Mis aciertos.</div><div>Gracias, chucha. Gracias por todo. Porque soy lo que soy gracias a todas las decisiones que he tomado en mi vida.</div><div><br /></div><div>Yo sabía que iba a chillar con esta película.</div><div><br /></div><div>Gracias.</div>Diana Patiño Florhttp://www.blogger.com/profile/17808058131914092642noreply@blogger.com0