lunes, octubre 04, 2004

Una jarra más por favor

El sábado me encontré con un grupo de amigos para conversar y disfrutar de un rato ameno juntos. Luego me la saqué y fui a parar al Manantial donde se encontraba un gran amigo reunido con un par de personas más, entre ellos, el cumpleañero. La verdad primero me sentí­ un poco... cómo podemos decir... colada =o) pues sólo conocía a mi amiguito pero después de un rato, era una más del grupo. De más está decir que todos me cayeron recontra que bien.
Lo interesante de esa noche, la cual ya empezaba a convertirse en madrugada, fueron las cosas que pasaron, dijeron e hicieron.
No sé si se han dado cuenta que los niños que venden flores ("se la merece") siguen creciendo y siguen vendiendo flores, o... puede que algo más. Recuerdo una vez pasada que me encontraba en Chappu's (con mi amiguillo otra vez) y vimos ya no a una niña sino a una señorita vendiendo flores. Lo que nos pareció raro fue su atuendo, no era el tí­pico pantalón sucio y la camiseta arrugada que suelen llevar, estaba más arreglada y hasta podemos decirle provocativa. "Uummm" -pensamos mi amigo y yo- "parece que no sólo vende flores". Lo más crudo fue que, de alguna u otra manera, hemos visto crecer a esa niña ya que la recordábamos claramente cuando todavía era una chiquilla que lamentablemente le tocó esa clase de vida.
Hago todo este flashback pues mientras nos encontrábamos conversando se nos acerca una criatura de no más de 7 años, una niñita con un manojo de rosas en la mano. Mi amigo y yo nos miramos y él dijo algo muy crudo pero que puede llegar a ser verdad: "Otra más"... Claro está que ninguno de los dos deseamos eso pero me hizo analizar la situación por un momento hasta que volví­ a pisar el suelo al escuchar un "viva el santo".
Eh! Mesero, otrá más por favor.
La noche seguía y los sucesos también. Llegó el momento lúdico: la hora de los cachos. Un chiste tras otro (uno de nosotros fue el que se lució) y una carcajada tras otra, ya sea adelantada porque te sabes el chiste, en el momento adecuado o en la mitad del siguiente chiste pues recién entendiste el anterior. Lo interesante fue una serie de chistes con motivo religioso, con Jesús de protagonista. La verdad que en muchos no te podí­as aguantar la risa pero en uno que en otro se me cruzó por la mente una pregunta: no le estamos faltando el respeto? Claro está que podemos cometer irrespeto de muchas otras maneras y hasta más graves pero, inventar chistes de esa í­ndole, es decir, usar a Jesús para reí­rnos un rato, será pecado? Yo me quedé no sólo con esa duda sino con un par de chistes sin contar pues no querí­a dañar la buena reputación que hasta ese entonces me había formado. No querí­a que supieran lo agria que puedo ser para contar chistes, peor aún estando de colada... =o)
Oiga, una más p... ya van a cerrar? Uummm, qué hacemos? -Después de 10 mins- Buenas, 2 six-pack por favor.
A estas alturas del partido me encontraba en pleno secuestro, es decir, mi amigo me raptó y no me dejó regresar a casa. Claro está que no opuse mucha resistencia pues me la estaba pasando muy bien.
Caminábamos para la casa de una de las invitadas. Éramos dos mujeres y tres hombres. Mi nueva amiga se encontraba abrazada con uno de los chicos, yo con mi amiguito y el cumpleañero iba solo. Gracias a los oportunos antecedentes de mi amigo pude notar el trasfondo de la situación, el metamensaje como dirí­an en mi u. Tiempo atrás hubo un interés entre el cumpleañero y mi nueva amiguita pero parece que no se concretó nada. Ahora ella se encontraba de lo lindo con el otro amigo y el homenajeado, al principio no se notaba pero al seguir caminando pude percibir y disculpen mi francés, estaba comiendo mierda. Notamos mi amiguillo y yo que a la final podría existir todaví­a algún interés del festejado hacia ella.
Lo más interesante fue que pude sentir claramente lo que él estaba sintiendo pues a mí­ me pasó algo bien parecido un tiempo atrás, y la verdad que duele. Es una sensación bien fea cuando sientes algo por una persona y la vez acaramelada con otra. Cada latido se convierte en una puñalada y por más que tu corazón se convierte en un cernidero (cedazo) lo sientes tan pesado como el plomo. Algo interesante también fue que pude capturar la escena como tercera persona y cuando me llegaban los flashbacks, me convertía en primera persona.
Dolió por un momento, lo bueno fue que mi amigo se encargó de sacar ese recuerdo de mi mente.
Y así­, en toda esa noche, después del estudio antropológico que hice, llegué a casa, tres horas después del tiempo pactado con mi mamá. Qué hice para que no me castigara? Bueno, a la final cuente eso en otro post...

2 comentarios:

Joseph Seewool dijo...

Hiciste un buen estudio esa noche, con toque de sensibilidad a propósito de la niña de las flores. No creo que a Jesús le moleste que hagan chistes, espero que tenga sentido del humor, sino el cielo será muy aburrido ;-)
Espero que más adelante me entere de lo que hiciste con tu mamá...

Diana Patiño Flor dijo...

¡La mentirota que le metí! Nunca más, nunca más, jeje. Aunque ahora ya no me pregunta a qué hora llego, ya aprendió, ji ji. Pero igual trato de no llegar tarde para que no se preocupe. De vez en cuando llego tardecito pero ya no se preocupa =o)