Imagino que el día de hoy estuve susceptible. Es raro en mí, el estar con un humor voluble, pero parece que hoy se dio.
Y justo una persona cercana a mí conocó una faceta que rara vez tengo que mostrar, porque casi nunca sale a flote.
Habíamos terminado el ensayo de teatro y uno de mis amigos, para molestarme, me abrazó por la espalda y no me soltó. Al principio no tuve problema pero poco a poco cambié de opinión. Y es que empezó a apretarme, mis brazos se encontraban dentro del círculo y me aprisionaban más todavía. Lamentablemente tengo una especie de fobia, en la cual si no tengo libertad de movimiento, empiezo a desesperarme. Pasaron los minutos y por más que le pedía que me soltara no lo hacía.
Mi tono de voz ya había cambiado, se encontraba serio y cortante. Mi cuerpo también decía "ya no quiero seguir bromeando". Pero mi amigo no me hacía caso, seguía apretándome y riéndose.
Fue cuestión de segundos en que agarré fuerza y me lancé de espalda hacia la puerta, con el objetivo de golpearlo y lograr que me suelte. Tranquilos... no fue tan fuerte pero sí se quejó. Sin embargo no me soltó. Fue luego de un par de minutos en que lo amenacé con golpearle en las bolas que me soltó.
Luego de todo este percance, estuve pensando a lo largo del día en cuál es el límite de una broma. Le pregunté a mi enamorado y me respondió que mientras no pase a herir nadie no se llega al límite. Pero... ¿si se llega alguien a cansar de la broma? A lo que me respondió que al cansar puede llegar a herir. Luego, ya en persona, me dijo que el límite es relativo y subjetivo, depende de la persona, su estado de ánimo y el momento.
Y, ¿entonces? ¿Cuál es el límite de una broma? Ya que justo hoy llegaron a mi límite...
1 comentario:
Pues tu enamorado (Iván Gabriel) tiene razón (por cierto, coincido en alguno de sus gustos, por ejemplo The Beatles, que he visto en su blog); pues como te decía el límite es subjetivo, y dentro de mi subjetividad se sobrepasó con creces ese limite. Soy muy tolerante en lo verbal, pero muy poco en el contacto físico. Yo le hubiera golpeado en las bolas tras la primera y única petición de que me soltara. Fuiste muy paciente. El limite es cuando tú dices NO.
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