Dos amigas salieron solas, sin sus maridos. De regreso en la madrugada, agotadas por la borrachera, les dieron ganas de orinar, pero lo único que había cerca era un cementerio. Decidieron bajarse y orinar. La primera no encontró con qué secarse, así que se limpió con su ropa interior y la tiró. La segunda tampoco encontró con qué, así que agarró la cinta de una corona de flores perteneciente a un funeral reciente y se limpió con ella.
A la mañana siguiente los maridos se llaman y uno le dice al otro:
A la mañana siguiente los maridos se llaman y uno le dice al otro:
- ¡Óyeme! Esto ya es el colmo, estoy hasta los huevos de las salidas de estas dos pendejas. Esto es la gota que derramo el vaso. Imagínate, llegar sin calzón y borracha a la casa a las 4:00 de la mañana.
- ¡No me jodas! Pues considérate con suerte, yo no sé de qué te quejas. Por lo menos, la tuya llegó sin calzón. Mi mujer llegó con una tarjeta en el culo que decía: "Nunca te olvidaremos con cariño, tus compañeros de trabajo".
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