Hoy en el gimnasio me tocó vivir una nueva experiencia. Bue, hice espalda y tríceps pero esa no es, ya llevo un buen tiempo haciéndolo, jejeje... Mmm... mal chiste =s
Ya, ahora sí, en serio. Resulta que llego al gym con un rico friecito y llovizna matinal para encontrarme con que no había luz, por lo cual me puse sólo a hacer máquinas. Al terminar la rutina agarré mis cosas y me dirigí a los vestidores, ahí me di cuenta de algo: estos se encuentran abajo, donde, sin luz, todo es completamente oscuro. Y ahora, ¿cómo me iba a bañar y vestir sin poder ver? No me iba a ir cochina al trabajo así que me tocó ingeniármelas.
No tengo recuerdo de haberme bañado a oscuras, a lo mucho con velas o poca luz sí, pero sin poder ver absolutamente nada, nunca. La verdad que fue una experiencia interesante, me sentí como una persona no vidente, tener que tantear las cosas, la llave, la esponja, coger la toalla, la manija para abrir la puerta, etc. De ahí a la hora de vestirme, coger las cosas, peinarme, arreglarme, etc.
En otra oportunidad experimenté algo parecido ya que participé, como guía, en una bienal para personas no videntes. Te tapaban los ojos con una venda y tenías que apreciar obras artísticas con los demás sentidos, es increíble sentir cómo se despiertan y tratan de captar el mundo sin depender de la vista, el sentido al que más valor le damos.
Para ser guía en esa bienal tuve que aprender a guiar a personas no videntes, otra experiencia realmente increíble, desde caminar con ellos, sentarlos, hasta bajar y subir escaleras.
Dependemos mucho de la vista, les aconsejo que traten en algún momento de realizar alguna actividad cerrando los ojos. Algo sencillo y cotidiano como comer, vestirse, caminar del cuarto a la cocina o cosas así. Algo más rico, recorran el cuerpo del ser amado con los ojos cerrados, "verán" de una manera muy diferente las cosas...
Nos vemos ;o)
1 comentario:
De vez en cuando lo hago, dar descanso a la vista y de paso agudizar un poco los demás sentidos, bastante adormecidos en mi caso, ya que soy muy visual. Cuando voy corriendo a la orilla del río consigo mantenerme ciego y corriendo unos diez segundos (sin caerme al agua, eh). Si bien es cierto que el camino me lo se de memoria, pero aún así el impulso de abrir los ojos es muy fuerte.
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