miércoles, diciembre 30, 2009

Paradogmas - Desmitificando viejas creencias

Nuevamente, he retomado el ritmo de lectura que tenía tiempo atrás. Por apasionarme con la música mientras recorro la ciudad en mis diferentes actividades, había dejado de lado los libros. Cosa que he cambiado. Ahora dejo guardados los audífonos y cargo un buen ejemplar de lectura para aquellos momentos de viajar en bus, hacer cola en un banco o simplemente ver cómo transcurre el día.

Terminé de leer Paradogmas, de María de Lourdes Falconi Puig (2005) y reafirmó muchas de mis creencias y mi forma de ver la vida. Copié algunos fragmentos que me gustaría compartir con ustedes. Son algunitos, los cuales hacen un poco largo este post, pero son fáciles de leer y digerir. Y justo para estas fechas, en las cuales uno analiza su vida, crea propósitos y hace un balance de lo bueno y lo malo, pueden servir para mucho.


  • No hay una vida, sino tantas vidas como individuos hay en el planeta. Para unos la vida -su vida- podrá parecerles dura, para otros no. La vida no es una cosa rígida, independiente y aislada de la persona. La vida es el camino que recorremos cada uno, y tenemos el poder y el control sobre ella para hacerla dura o suave, triste o feliz, dulce o amarga.
  • Y cuanto más difícil nos parezca en un momento dado, más nos fortaleceremos para continuar descubriendo, apreciando y valorando su extraordinario paisaje.
  • Si continuamos el camino quejándonos por las dificultades pasadas, no estaremos en capacidad para apreciar y valorar conscientemente las bondades del presente. Nos habremos estancado en la trampa de las lamentaciones que nos bloquean los sentidos, impidiéndonos avanzar y aprender.
  • Nuestra vida es el resultado de nuestras elecciones.
  • Debemos ser más generosos con nosotros mismos y entender que ningún tiempo está perdido, sino empleado en una lección que era de imperiosa necesidad aprender.
  • Esa es la gracia del camino: el descubrimiento.
  • Todo niño es feliz porque ha venido al mundo con el equipo completo para serlo. Conforme va creciendo, recibe de su entorno adulto, una serie de comandos licitadores: "tú no puedes esto", "tú no sabes aquello", "tú no sirves para eso". La voz interior poco a poco es eclipsada por las voces del exterior. Entonces, a medida que el chico crece, sobrevienen las dudas, las inseguridades: "¿estaré haciéndolo bien?", "¿será esto lo correcto?".
  • Razón e intuición no se contraponen, son complementarias. Son los zapatos adecuados para recorrer el camino, la vida.
  • Y no es que no haya noticias positivas, lo que ocurre es que los propietarios de los medios de comunicación, hace tiempo se dieron cuenta que lo negativo vende más. El mundo no está peor que antes, sólo estamos mejor informados.
  • El dinero en sí mismo no es ni bueno ni malo. Todo depende del uso que hacemos de él y nuestra postura ante el mismo.
  • Y yo me pregunto ¿cuánto es suficiente?
  • Pareciera que nunca llegamos a tener suficiente ropa, suficientes zapatos, suficientes juguetes, suficientes electrodomésticos, suficientes equipos tecnológicos, suficientes viajes, suficientes vehículos, suficientes…
  • Poseer dinero no es malo, lo peligroso es cuando el dinero nos posee a nosotros.
  • Su riqueza radica en el cúmulo de talentos y dones que posee.
  • La mediocridad se da en aquellas personas que no sienten pasión por la actividad que realizan. Aquellos que ejecutan su tarea mecánicamente, como autómatas. Nadie que se entrega con pasión a una actividad determinada cae en la mediocridad.
  • El mundo está plagado de millonarios que llevan una vida miserable en términos de autorrealización, paz interior o tiempo compartido en familia.
  • Tender un puente entre el sueño y lo posible.
  • En definitiva, vemos lo que queremos ver.
  • Hay algo difícil de vencer en el ser humano y se llama costumbre.
  • La fuerza de la costumbre es lo que nos mantiene estancados en una situación determinada, aún cuando poco satisfactoria. En algunos casos, preferimos continuar en un mismo puesto de trabajo, aunque las condiciones laborales y económicas no sean de nuestro total agrado, o las más favorables para nuestros intereses y aspiraciones. O nos empecinamos en mantener una relación de pareja, aún cuando esta sea poco gratificante y enriquecedora para ambas partes, simplemente por el temor a dejar lo ya conocido.
  • La Dra. Fisher divide al proceso del enamoramiento en tres etapas, lo que ella llama "Sistema Básico de Apareo-emoción". Estos son: lujuria, amor romántico y apego. La lujuria es el ansia de satisfacción sexual. La segunda etapa es el amor romántico, en la cual la dopamina y la norepinefrina son los químicos responsables de la euforia, el insomnio, la falta de apetito y las fijaciones mentales que se experimentan al enamorarse. La tercera etapa es el apego, y corresponde a la fase donde la persona experimenta una profunda conexión con otro ser humano, consolidándose la relación de pareja. Este amor duradero dependerá de la compatibilidad de caracteres y objetivos en común de los miembros que conforman la pareja, y es esencial para la crianza de los hijos.
  • Lo que ocurre es que a menudo confundimos al amor con otras emociones, o nos quedamos suspendidos en la etapa del amor romántico, esperando que esta emoción nos acompañe a lo largo de toda la relación. Nos sentimos atraídos por alguien y queremos tenerlo sólo para nosotros, sufrimos por retenerlo o nos "colgamos" de esa persona, pretendiendo vivir esa experiencia embriagadora eternamente, sin dar paso a la siguiente etapa, a la cual se llega únicamente al alcanzar la madurez emocional.
  • Creo que el amor, no es un ente inteligente con vida propia fuera de nosotros que nos enceguece y manipula, tomándonos como presa vulnerable para utilizarnos a capricho y que por ello, escapa a nuestro control.
  • El amor no es ciego, porque para amar a alguien debemos conocerlo muy bien y estar dispuestos a aceptarlo con sus fortalezas y debilidades. No podemos amar lo que no conocemos.
  • Quien ama con madurez no se arroja ciegamente al abismo de sus deseos. Cuida responsablemente del bienestar del ser amado y del suyo propio.
  • Si en una relación nos sentimos afectados de alguna manera, o vemos coartado nuestro crecimiento personal, entonces no es amor.
  • A veces nos sentamos a esperar que la dicha nos encuentre en vez de salir a buscarla.
  • Nada tiene que ver el coeficiente intelectual con las habilidades emocionales, que en definitiva son las que nos ayudan a alcanzar el éxito en las relaciones interpersonales y a llevar una vida más satisfactoria.
  • Del trato que le des hoy a tu hijo, dependerá el trato que tu hijo tenga mañana para contigo.
  • Una cosa es impartir disciplina, misma que tiene su momento y lugar, y otra muy distinta es el maltrato a través de palabras groseras, malos modos, o frases hirientes y descalificantes que son perjudiciales para la autoestima del niño.
  • Al perdonar a nuestros padres por sus fallas, por los errores que hayan cometido en el proceso de nuestra crianza, nos estamos limpiando nosotros mismos, nos liberamos, nos sanamos de viejas heridas. ¿Cómo continuar la vida, cómo realizarnos, cómo trascender arrastrando el lastre de un niño herido?
  • Cuando perdonamos, sanamos. Al perdonarlo, no le estamos haciendo un favor, lo estamos abrazando, cobijando, protegiendo con misericordia y gratitud por todo su esfuerzo, por todo lo que pudimos aprender de él. El favor nos lo hacemos a nosotros mismos, porque para llegar al perdón se requiere de un proceso de análisis y comprensión de los hechos.
  • Es en el compartir las pequeñas cosas del día a día que se construyen las relaciones.
  • Si le digo al niño que va a la escuela que no se olvide de presentarle al profesor la nota que le envío, y a la vez estoy pensando "de seguro que este chico se va a olvidar", lo más probable es que la nota no llegue a su destino. Si desde hace meses estoy armándome de valor para entrar a la oficina de mi jefe y pedirle un justo aumento de salario, pero estoy convencida de que mi gestión fracasará, lo más probable es que reciba un "no" por respuesta. Y si después de la garúa que me cayó anoche, me preocupo pensando que me voy a resfriar, lo mejor será que prepare limonada caliente porque así será.
  • Nuestro cerebro obedece a los comandos que le dicta nuestra mente, por lo tanto, actuamos en función de estos. Nuestras acciones y actitudes serán el fiel reflejo de lo positivo o negativo de nuestra manera de pensar. No es lo mismo decir: "no te olvides" que "recuerda", reforzado por un pensamiento positivo para que la misión se cumpla. No es lo mismo abordar al jefe con actitud derrotista, que con la seguridad de que mi solicitud es justa y me lo merezco. Y en cuanto a la salud, es bien conocida la relación que existe entre mente y cuerpo. Un buen ejemplo de pensamiento positivo son los vendedores exitosos, que a través de su poder de persuasión, nos tienen la bodega llena de cosas que no utilizamos. Es difícil decir que no, cuando estamos frente a la enero´ya de un pensamiento-actitud-acción-positivos.
  • Al pensar mal, mal recibiremos y por lo tanto, habremos acertado. Es una relación simple de causa y efecto.
  • Somos todo aquello que pensamos que somos, que creemos de nosotros mismos y así nos proyectamos.
  • La energía de nuestro pensamiento ejerce una fuerza de atracción como el vórtice de un huracán, trayendo hacia nuestro centro lo bueno o lo malo, dependiendo de la naturaleza de nuestro pensar y sentir. El pensar de manera positiva abre nuestros canales de comunicación a todo niel, expandiendo nuestra conciencia y capacidad de entendimiento a nuevos conocimientos, ampliando nuestras posibilidades de dar y recibir todo lo bueno y bello que existe y que está por existir, y nos convierte en seres productivos, creativos, seguros y sanos. Nos favorece en nuestras relaciones interpersonales y con nuestro entorno, haciendo que las cosas y situaciones fluyan a nuestro favor.
  • Creo firmemente en el poder del pensamiento, de nuestros propios pensamientos. Somos lo que pensamos. Somos la proyección de nuestras ideas, de lo que creemos de nosotros mismos y de las percepciones que tenemos, y en función de ello operamos en el mundo. El mundo no es ni bueno ni malo, el mundo es exactamente como tiene que ser y no estamos para cambiarlo. El único cambio viable es el que podamos obrar en nuestro ser interior. La vida es un gran espejo que nos devuelve la imagen que proyectamos en ella, y esa imagen puede ser tan grande o tan pequeña, tan clara u opaca como nosotros decidamos que sea.
  • Nosotros hacemos que las cosas sucedan, consciente o inconscientemente, vamos arrojando cada mañana en el mar de la vida el producto de nuestros pensamientos, y en la tarde la marea nos lo trae de regreso. Nos guste o no, la marea nos devuelve lo que merecemos. Cuanto más conscientes estemos de lo que arrojamos al mar, más limpia estará nuestra playa.

1 comentario:

María Cristina Martínez dijo...

Me alegro mucho que hayas retomado tu ritmo de lectura. :) Lindo post y gracias por compartirlo.

Y pienso que nuestras vidas están en manos de nosotros mismos, de nuestros actos... pero sobreto en nuestra capacidad de amar, mientras más amemos (sin esperar nada a cambio) las cosas vienen por añadidura... y bueno mi secreto de la vida es mi Dios (hmmm no hablo de religiones) sólo de Dios, uno que no se encuentra en la psicología, en la ciencia, ni en la religión... sino en nosotros mismos y en la maravillosa perfección de todo lo creado.

Un abrazoo Diana!