martes, septiembre 06, 2011

El maldito asunto del "amor"

Un puto tema recurrente en mi blog. A veces creo saber qué es, otra, como en este preciso momento, es incierto. Y me río, irónicamente. Porque sé que a veces puedo ser una gran huevada. Creerme que lo sé todo, y que simplemente hay cosas que me resbalan. Que ya estoy curada. Ya estoy curtida.
Ni verga.

(Debo advertir que hay más malas palabras...)

Y de repente me dicen: "El amor es como la arena de la playa, sólo se debe coger con una mano (fidelidad) y debes ver coger lo más que puedas con una mano... Pero no podrás cogerlo todo... (virtudes y defectos) con el tiempo, se irá saliendo de las manos... Y sólo quedará muy poco... Ese poco que queda, debe ser solamente compañía, compañerismo y respeto. El resto de cosas... se van a ir con el tiempo... Sólo trata que ESAS 3 no se vayan... Esto que te acabo de decir, no lo leí, no me lo dijeron, es lo que veo de la vida."

Y así, terminé cagada. Recibiendo una analogía con tema de playa. Y me hacen ver la luna, y termino llorando como estúpida, sola, en el patio, con frío. Deseando tanto tu abrazo, extrañando tanto a mi padre (escuchando su puteada, comenzando con su clásico "ca-ra-jo"). 

Chucha de tu madre. ¿Qué estás haciendo? ¿Qué está pasando? ¿En qué va a terminar esto?

Maldito amor. ¿Por qué nos complicamos tanto para sentirte? ¿Cuál es el objetivo de hacerlo tan difícil? Esa manía de tenerte miedo, recelo, culillo. Pero a la vez, curiosidad, anhelo, necesidad de descubrirte, de sentirte, de poder decir "te amo" y que sea verdadero ese sentimiento. No sólo palabras fingidas.

Tengo miedo...

Ojalá que el deseo se vaya atrás de ti... 
Para no verte tanto, 
para no verte siempre, 
en todos los segundos...
en todas las visiones... 

"Si en verdad no he amado de verdad, y deba aprender contigo, así termine mal parada, quiero hacerlo."

1 comentario:

Rudd-O dijo...

El amor es el sentimiento involuntario que se experimenta cuando, siendo uno virtuoso, observa la virtud en otro.

Me parece apropiado porque aplica al amor filial, paterno, materno, de amigos, de pareja, y demás.