
Seguíamos conversando y bueno, para no alargar tanto el asunto, a mí también me empezaron a tachar de inmadura, porque sacaba la lengua, hacía bromillas, jodía por todo y bueno, un sinfín más de razones.
Todo este asunto me hizo pensar, ¿cuál es la diferencia entre una persona madura y una inmadura? Porque a mí me estaban tachando cosas simples y graciosas como sacar la lengua (I love it!)... Si me vienen a decir que ser madura es convertirme en una persona amargada que no quiere -porque se niega- disfrutar de las cosillas de la vida, que no quiere -porque no debe- reírse de las situaciones que merezcan una risa, que no quiere hacer el ridículo -porque no es correcto- cantando en un karaoke porque tiene fea voz y aun así matarse de risa y celebrar a los cuatro vientos cuando el programa te premia con un puntaje de 99... pues entonces me niego a crecer... me niego rotundamente a convertirme en una persona adulta... si ser adulto es ser amargado y andar con la cara larga... seguiré siendo una niña, una loca, una desatada, una descarriada, una sin remedio, una orate, una chiflada, una inmadura...
2 comentarios:
"Tres transformaciones del espíritu os menciono:cómo el espíritu se convierte en camello, el camello en león, y el león por fin en niño". Nietzsche, "Así habló Zaratustra" (De las tres transformaciones).
Este ya lo tienes apuntado. Simplemente lo cité de nuevo para decirte:
Afortunada tú que no has dejado de ser niña. Yo tuve que pasar por esas tres pesadas transformaciones para recuperar mi infancia: inocencia y juego.
=p
Publicar un comentario