Acompañé a una amiga a revisar su teléfono en el edificio Movistar que queda frente al Albán Borja, bueno a lado... ¡Ya! Da lo mismo...
Me decía que la tecla para bajar no le funcionaba y aparte su teléfono se sobrecalentaba cuando hablaba más de 10 minutos. "Me llega a quemar la oreja" decía mientras moneaba su teléfono cuando de repente la dichosa tecla funcionó. Aun así fuimos para preguntar por la extraña calentura de su celular.
Esperamos unos 5 minutos, sin café con leche porque ya nunca hay leche, hasta que nos atendieron en Servicio Técnico. La señorita no nos recibió muy agradablemente y cuando le informamos del problema cogió el celular, se dio medio vuelta para hablar con un señor de espaldas y por las mismas regresó. El diálogo fue el siguiente:
Señorita: Acabo de hablar con el técnico y me dice que el problema puede ser una pieza que se debe de cambiar la cual causa el sobrecalentamiento de su celular pero como presenta huellas de hundimiento aquí y aquí -señalando velozmente dos bordes del celular- ya sale de la garantía y el costo saldría casi equivalente a comprar un nuevo aparato.
Amiga: Pero si nunca se ha caído señorita, eso es imposible...
Señorita: No sé señorita, pero aquí y aquí -volviendo a señalar velozmente con una inmensa uña- presenta huellas de hundimiento y eso ya sale fuera de la garantía...
Yo: A ver señorita, espere un momento, muéstreme más despacio esas "huellas de hundimiento" porque no las puedo ver bien a esa velocidad...
Señorita: Mire, aquí hay una y acá está la otra...
Tuve que agudizar la visión para tratar de enfocar bien las dichosas huellas de hundimiento. No eran más que dos minúsculas, microscópicas, casi imperceptibles, imperfecciones en la superficie del celular. Si en algún momento esas huellas fueron producto de una caída no sería de más de 10 centímetros de altura. No tenían ni 2 milímetros de largo y eran tan finas como una uña del dedo meñique de un bebé.
No podía creer que eso pueda causar la avería de una pieza y que eso, tan pequeño e ilógico, causara el sobrecalentamiento del celular... Y así, ofuscadas con ese pésimo servicio nos fuimos, sin arreglo ni café con leche...
Nota: No me van a demandar, ¿verdad?
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