Como me desperté una hora antes de la hora normal a la que me levanto procedí a prepararme un buen desayuno y leer el diario con tranquilidad. Leyendo rápidamente los titulares llegué a uno que me llamó la atención:
Los trabajos absurdos abundan en Nueva York
Ejemplo: enseñar a cambiar de pañal al bebé
Luego de leerlo caí en cuenta de algo que ya había visto antes pero que recién entendía. Antes de seguir, ¿ya lo leíste? ¿Y? ¿Qué esperas? Es que sino no vas a entender pues, jejeje...
Bueno, ahora sí, como estaba diciendo me di cuenta de algo. Solemos tener tantas responsabilidades, tantas preocupaciones, tantas cosas que hacer, que no tenemos tiempo ni para nosotros mismos. No pude creer que alguien pagase una suma de dinero para que otra persona le enseñe a su hijo a dejar de usar los pañales. ¡Por favor! Eso es parte de la crianza, tu propio hijo, y le pagas a otra persona para que lo haga. Me parecía absurdo. Otro que vi era que le pagues a alguien para que te haga las compras del supermercado. Bueno, comprendo que uno crece y tiene que hacer más cosas. Pero no aceptaría un trabajo el cual no me dé media hora del sábado para comprarme la comida y artículos de limpieza.
Tanto trabajo y tantas ocupaciones pero, ¿tu vida? ¿tu tiempo? ¿dónde lo dejas? Tanto trabajo para hacer tanto dinero que ni siquiera podrás disfrutar bien, porque lo tienes que gastar en pagarle a personas extrañas para hacer tus propias cosas...
La verdad no entendí...
1 comentario:
Se me ocurren muchos trabajos como ese, fruto de este agitado y superespecializado modo de vida. Yo por ejemplo, a los 18 años sabía cambiar el neumático de mi carro. Ahora...ya olvidé. La última vez tuve que llamar por teléfono a mi mecánico para que me recordase cómo se hacía. Más aún, tuve que pensar ¿dónde demonios está el neumático de repuesto? ¿Será que estos carros no traen? Y las herramientas, tampoco las encontraba, estaban en una bolsita, bien disimulada en el maletero.
De mi casa, el único "arreglo" que aún se hacer es...cambiar la bombilla.
La compra: conozco a mucha gente que la hace por internet. Yo mismo, los libros los compra ya casi exclusivamente por internet.
Conozco gente que trabaja...sacando a pasear al perro del vecino (no hay oficio más legal, que sacar perros a mear -dice un famoso refrán)
La lista sería interminable.
Da qué pensar.
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