Leyendo el blog de ateita me encuentro con esta noticia:
Para disminuir violaciones en ese país
Sudáfrica: Inventora presenta un condón antiviolaciones
SUDÁFRICA, agosto 31, 2005.- Un dispositivo con forma de tampón, con dientes afilados y que lleva el nombre de “rapex” fue presentado hoy en Sudáfrica con la intención de convencer a las mujeres de que es la mejor arma para vengarse de un violador.
El producto, que todavía no ha entrado en fase de fabricación, está dotado de unos ganchos que se parecen a los dientes de un tiburón y que se prenden del pene cuando alguien quiere forzar una relación sexual no deseada.
El producto, que todavía no ha entrado en fase de fabricación, está dotado de unos ganchos que se parecen a los dientes de un tiburón y que se prenden del pene cuando alguien quiere forzar una relación sexual no deseada.
El aparato fue presentado por su inventora, Sonette Ehlers, en un acto que encabezó en la población de Kleinmond, en el suroeste del país y que fue transmitido por la televisión sudafricana.
“No se trata de una venganza”, declaró a los periodistas Ehlers, de 57 años, respondiendo a críticas que ha recibido su aparato de parte de organizaciones que prefieren otros métodos para luchar contra las violaciones.
Sudáfrica es un país con las mayores tasas de violaciones en el mundo: sólo el año pasado se registraron 52.733 casos. Se calcula que una de cada cuatro violaciones es múltiple y que la mitad de las víctimas han sido asaltadas por dos o más hombres.
Según un informe de la organización Human Rights Watch, el 40 por ciento de las víctimas de violación en Sudáfrica son menores. El país, además, tiene el mayor número de personas contagiadas con el virus que causa el sida, algo más de cinco millones.
El “rapex” tiene forma de tampón y por dentro está hueco, aunque en las paredes internas existen una serie de minúsculos dientes que se enganchan al pene, y que sólo pueden ser quitados con cirugía menor, lo que permitiría identificar al presunto violador.
El hombre, además, se ve impedido de orinar.
“Le va a doler mucho. Tendrá que ir directamente al hospital”, dijo la inventora, quien comenzó a darle vueltas a la idea desde que tuvo oportunidad de hablar con una víctima de violación mientras esperaba turno en un hospital.
En el diseño del dispositivo han trabajado ingenieros, ginecólogos y psicólogos, y, según Ehlers, puede estar a la venta a comienzos del año próximo, a un precio aproximado de un rand (unos 12 centavos de euro).
“Tenemos que hacer algo para protegernos. Esto no impedirá las violaciones, pero permitirá identificar a los asaltantes y presentar pruebas del delito”, asegura la inventora.
Desde que dio a conocer el invento, el junio pasado, Ehlers ha recibido llamadas de todo el mundo de gente interesada en el dispositivo. Asegura que incluso le han llegado peticiones desde países como España para ordenar ya el producto.
Muchas de esas llamadas expresando interés procedían de países islámicos, sostiene la inventora.
Pero el aparato ha levantado algunas críticas en Sudáfrica por la posibilidad de que indirectamente implique un retraso en la evolución humana.
“Es como si volviéramos a los días en los que las mujeres eran forzadas a llevar un cinturón de castidad”, afirmó Lisa Vetten, del Centro para el Estudio de la Violencia y la Reconciliación.
“Es terrorífico pensar que a las mujeres les están forzando a que se adapten a la violación usando este aparato”, agregó.
Otros, en cambio, como padres de familia, han dado su respaldo a la propuesta.
“Yo animaría a mi esposa y a mis dos hijas a que lo usaran. Enviaría una señal a los posibles violadores de que no lo van a tener fácil”, afirmó el portavoz de la organización “Mens´s Forum”, Mbuyiselo Botha.
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