miércoles, octubre 03, 2007

El día en que fui presidenta de mesa

El domingo pasado, día de las elecciones, dejé de tener nombre y pasé a ser la "señorita presidenta". Así me trataron los militares, los coordinadores de recinto, los delegados de los partidos y, en broma, mis compañeros de mesa.

Desde el comienzo supe que iba a ser una jornada larga, pero creo que supe aprovecharla y sacarle el punto positivo. Llegué como a las 6y40am, mi mesa estaba vacía, era la primera en llegar. Empecé a armar el kit electoral y me di cuenta que sólo teníamos una urna y para no alargar el asunto, les resumo que nunca llegó la segunda. Tuvimos que pedir a los votantes que colocaran ambas papeletas en la misma urna, y a las 5pm primero separarlas. Eso nos atrasó un poco.

Poco a poco fueron llegando el resto de los miembros de la mesa (el segundo vocal y el primer suplente). Agarraron a otro chico de otra mesa para poder estar los cuatro y empezar. A media tarde nos dimos cuenta que dos de los miembros fueron a votar vilmente y se fueron. Casi le queríamos caer encima al secretario, jeje.

El día fue lento, los votantes iban de tanda en tanda a votar, nunca tuvimos más de 5 personas haciendo fila. En mi vida he firmado tantas veces, lanzando un número, calculo que habré firmado unas 500 veces. Al final de la noche, en el escrutinio, ya tenía acalambrada la mano.

Nos topamos con algunas personas completamente desubicadas, que ni siquiera sabía en qué mesa debían votar. Peor aún, algunos hasta estaban equivocados de recinto. En el Aguirre Abad, sólo eran los apellidos que empezaban con A - B y parte de la C. Iban personas con apellido P, p de pobrecitos en verdad. Y hablando de apellido P, el mío, aproveché la media mañana para salir volando a la estatal a votar. El tráfico insoportable, los desvíos de la CTG me parecieron un poco absurdos. Cierran una calle con dos carriles, por donde pasan puros buses, y abren una calle secundaria de un sólo carril, con carros parqueados en ambos extremos. Eso fue cabreante. Bueno, llegué a mi mesa y casi me quisieron agarrar para quedarme. Tuve que enseñar el nombramiento para que me dejaran libre y volver a mi mesa.

Por suerte, me tocó una mesa con gente buen dato. Claro, me tocó mesa de hombres, así que vi machos todo el día, ji ji, pero nada interesante igual. Pasábamos bromeando, hicimos vaca para comprar cola y algo de picar, jodíamos con las caras que tenían los candidatos en la papeleta y los nombres. El día estuvo nublado (gracias nubes) y eso es un gran punto a favor, porque estábamos en el pasillo que da al patio, bajo techo, sí, pero igual recibíamos el resplandor.

A media tarde, mis seres queridos me llevaron algo de comer (gracias mamá, Iván y Alexandra). Claro, me tocó comer en plena mesa, poco más y tenía un sánduche en una mano y el certificado de votación en la otra.

El conteo fue agotador (malditos que votaron nominal), pero lo hicimos muy rápido. Considerando que estábamos en desventaja con mesas que tenían ambas urnas y más personas, trabajamos a buena velocidad. Terminamos 10 en punto de la noche. Cierra el kit, entrega los sobres y sopla varón como dicen. Quedé exhausta, con las manos manchadas de papel carbón y sucia.

En resumen, sí, es un trajín horroroso, por 5 pinches dólares, pero bueno, depende de con qué ánimo lo tomes, el resultado final puede ser bueno o malo. Poniendo todo en la balanza, fue una experiencia interesante.

Chuzo, y pensar que en 6 meses me tocará volver a estar ahí =/

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Rejuas! Pobre Nita. Menos mal no llevaste el Tramontina.

Gilda dijo...

¡Chusa!, hasta ahora no me ha tocado uno de esos tereques. Pero lo chévere es que ahí le pusiste buena vibra y todo salió bien. Como tú dijiste, debe ser una experiencia interesante.
Algún día, la justicia caerá sobre aquellos que escaparon. XD
Mucha suerte esta semana, Nita

Joseph Seewool dijo...

Hola, Diana, "señorita presidenta":
Interesante el relato de tu experiencia, cumpliendo tu obligación cívica. Lo que no entiendo es porqué te vuelve a tocar en seis meses, ¿no se hace una nueva designación? ¿o eres Presidenta Vitalicia (je,je)? Tampoco entiendo que seas presidenta en una mesa y tengas que ir a votar a otra. En fin, diferencias de sistema electoral de un país a otro. Saludos cordiales.

Diana Patiño Flor dijo...

Joseph: Se supone que acá en Ecuador, te toca estar en mesa 3 veces seguidas, luego de eso vuelven a hacer un sorteo para designar nuevos miembros. Claro, he escuchado casos de personas que les ha tocado como 5 veces seguidas, qué locura.

Lo de votar en otra mesa es una estupidez del tribunal acá. La lógica es que te toque votar en la misma mesa, es más, a dos de mis compañeros de mesa, les tocó votar en la misma; y al que sacaron de la otra mesa, sólo fue a su mesa a votar. Lo mío fue algo que no comprendo y le tocó a bastantes personas. No sabría darte la razón de ese error.

¿De dónde eres? ¿Las votaciones en tu país son más fáciles? Jeje...

Saludos.

Joseph Seewool dijo...

Hola de nuevo, Diana:
Soy de Madrid, España. Creo que las votaciones esencialmente son igual (incluido el sándwich), excepto esas dos diferencias (te nombran para una sola vez y dentro de tu mesa). El recuento también es manual. ¿El voto es obligatorio? Aquí por el momento no, aunque si continúa aumentando la abstención es posible que obliguen.
A mí nunca me ha tocado la “suerte” de ser presidente de mesa (“por cinco pinches dólares”, muy bueno, he, he). Una vez fui interventor por un partido político en el referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN (ya ha llovido). El recuento fue muy fácil, sólo había Si, No, Abstención y Nulo. Nada de múltiples candidatos de infinitos partidos. A las 20 horas se cerró la mesa, y a las 21 estaba de camino a casa. Por cierto, perdimos los que entonces apostábamos por el No (y que ahora debo reconocer que estábamos equivocados).
Tu votación era para una Asamblea Constituyente, según tengo entendido, y dicen aquí que con el propósito de reforzar el poder presidencial. Deduzco que cuando aprueben la nueva constitución se disuelven y vuelta a votar, corrígeme si me equivoco.
No te aburro más por ahora, estaré encantado de responder a –o dialogar sobre- lo que gustes. Con tu permiso, me pasaré a menudo por tu blog, ahora que te he “descubierto”. Hasta pronto.

Diana Patiño Flor dijo...

Estás en lo cierto Joseph, luego me tocará otra vez en mesa y la votación será para aceptar o no la nueva constitución, por lo tanto será nomás un "sí" o "no".

El voto acá es obligatorio, si no acudes, se te multa y pierdes los derechos por un año (el certificado es requisito para algunos trámites importantes).

Por último, es un placer que visites mi blog. Ven cuando quieras y ponte cómodo.

Un beso.