miércoles, abril 22, 2009

Comprando el lecho de muerte


A mis 26 años, acabo de firmar un contrato con un, como decirle, cementerio, para que a la hora de estirar la pata, ya esté todo pagado y ahorrar así molestias a mis familiares. Gracias a las últimas pérdidas que he tenido en estos dos años me he puesto a pensar qué quisiera que hagan con mi cuerpo una vez que deje este mundo.

Primero, si es posible, donen mis órganos. A mí ya no me sirven, y si puedo salvar la vida de alguien, esté donde esté, seré muy feliz.

Segundo, no soy religiosa, pero igual compré un servicio funerario, la gente que me tiene aprecio tiene derecho a velarme. Un día por favor, no se hagan lío, eso que verán ahí, ese cuerpo, es solo eso, un cuerpo, un recipiente, yo ya no estaré ahí.

Tercero, pedí una cremación. Luego, con mis cenizas, buscarán una linda playa, pasarán allá unos agradables días y me echarán al mar. Así estaré junto a papito y estaré en todos lados, en todo el mundo, gracias al fabuloso proceso de evaporación. Si mi familia se quiere quedar con un poco de las cenizas, bueno, no tengo problema. Pero al menos una mitad al inmenso mar.

No me gustaría ser enterrada, que mi cuerpo sea comida de gusanos y que luego de 4 años me exhumen y me metan en una bóveda, que se puedan robar mi cuerpo. No, mucho lío. Yo prefiero una sencilla cremación, convertirme en polvito. Me atrae la idea.

Así que en 3 años terminaré de pagar mis servicios funerarios y cremación.

¿Y si me muero antes?
No importa, tengo seguro de desgravamen :D


7 comentarios:

Nadia dijo...

Ay! y yo que pensaba que cuando llegas a cierta edad es que empiezas a preocuparte en forma práctica de cómo quieres el entierro!

Así que en tres años todo pagado.... y el morir es en un ratito....

Rossy dijo...

Entiendo lo que has hecho.

Cuando mi papá murió yo decidí hacer lo mismo... a un año de su muerte.

Es que es cierto, te pones a pensar en muchas cosas y bueno... es mejor que sea así.

Ahora ya nadie podrá decirnos que no tenemos donde caernos muertas, pues SI LO TENEMOS! jeje.

Yo no quiero que me cremen, lo único que pedí es que no me importa cuántos días me velen, solo quiero ser enterrada al mediodía.

Unknown dijo...

Patiño, coincido contigo en la donación de órganos. Quiero hacer lo mismo. Si muero, quisiera donar mis córneas, corazón y todos los órganos posibles. He visto lo mucho que sufre la gente por encontrar un donador. Hasta me sentiría egoísta que mis órganos se pudrieran cuando pueden darle vida a muchas personas. Creo que la gente debería donar sus órganos. Se salvaría la vida de muchas personas desesperanzas, que pasan años en busca de un determinado órgano.
Es extraño hablar de la muerte... Pero vale la pena... Algún día llegará y es mejor saber qué queremos que hagan con nuestra envoltura...

berni dijo...

que lampara!

Ricardo Astrauskas dijo...

Jaja, me acuerdas que por una época pasamos algo parecido, yo decía que depende la funeraria tendrías una fila preferencial en el cielo, pero buena decisión.

Petite dijo...

Una vez escuché un caso así con un ataúd. El dueño no murió cuando suponía y el ataúd formó parte del mobiliario de su casa durante años. Era no solo un agradable sillón lleno de almohadones, sino que también albergaba la colección de LP's del futuro difunto.

leptium dijo...

Sabes eres muy interesante...