Y con él, se va uno de los más grandes ídolos de mi época.
De chiquita tarareaba sus canciones, tararear sí, porque en mi infancia no fui muy diestra con el idioma anglosajón. Pero no me importaba entender, porque el ritmo de sus canciones hacía vibrar mi cuerpo, mover mis pies y olvidarme por un momento del mundo alrededor. Admiraba, y sigo admirando, su genialidad al bailar.
Negro, blanco, con o sin nariz, pedófilo o no, extravagante, adorador de animales, niño eterno, qué importa. Fue, es y será alguien que marcó un hito en la historia musical mundial.
Descanza en paz rey del pop.
2 comentarios:
creo que no está muerto, seguro está con Elvis cagandose de risa del mundo que los cree enterrados
Se hizo leyenda en vida,... ahora está a la altura de Dean, Hendrix, Elvis,...
A disfrutar de su música.
R.I.P. Michael
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