jueves, mayo 27, 2010

Corazón de vacaciones

¿Han escuchado la canción de Los Intrépidos "Soltero"? Pues esa canción me define en este momento. Yo quiero ser soltero. En mi caso, soltera. ¿Por cuánto tiempo? No tengo idea, y no me interesa averiguarlo. Cuando alguien con quien no he hablado últimamente me pregunta "¿y cómo andas de amores?" yo le respondo "soltera y disfrutando". Ese es mi lema.

Llevo más de 1 año desde que tuve mi última relación sentimental. Y ya era hora de mandar a mi corazoncito de vacaciones. Que se baje de esa montaña rusa llamada "amor" y disfrute un tranquilo paseo por el mar de la soltería.

Ojo. No estoy hablando mal de los noviazgos, ni de los hombres. No señor. He tenido hermosas relaciones, hombres que me han elevado a las estrellas y me han hecho muy feliz. Esos mismos hombres me han lastimado y esas heridas me han hecho más fuerte. He aprendido de todas mis relaciones. Tampoco estoy diciendo que nunca más quiero tener una. Simplemente estoy describiendo una etapa de mi vida en que prefiero no tener nada serio, estar tranquila y que mi corazón lata para sí mismo, y no para nadie más.

¿Por qué? Buena pregunta. Querer a alguien y que ese ser te corresponda es algo maravilloso. No lo niego. Pero también es rico hacer lo que uno quiera, sin tener que rendir cuentas a nadie. Joder, coquetear, salir con panas, bailar con desconocidos, ser libre.

He aprendido que en una relación uno debe saber exigir y ceder. Es un "tira y jala", de parte y parte. Bueno, ¿será que estoy en un momento egoista y no quiero ceder, no quiero jalar?

Los panas que tienen novias (o) suelo escucharlos cuando discuten, o de repente dicen "chuta, no puedo, ya quedé con mi pelado en hacer tal cosa" o "deja hablar con mi novia a ver qué dice, yo te confirmo" y "ya se cabreó esta man de ley, la fallota", etc. Puedo poner muchos ejemplos de tantas conversaciones que he escuchado. Amigas que se ponen de mal humor porque el pelado otra vez hizo algo que no les gusta y amigos mandarinas a quienes los joden porque no puede salir con los panas porque ya quedó con la novia.

Cada que vez que los escucho, sonrío.
Porque yo estoy libre y no dependo de nadie.
Yo decido qué hago, a dónde voy, con quién voy, a qué hora regreso.

Y la canción de Bebe "Ella" se me viene a la mente ahora.

Hoy vas a descubrir que el mundo es solo para ti
que nadie puede hacerte daño, nadie puede hacerte daño
Hoy vas a comprender
que el miedo se puede romper con un solo portazo.
Hoy vas a hacer reir
porque tus ojos se han cansado de ser llanto, de ser llanto…
Hoy vas a conseguir
reirte hasta de ti y ver que lo has logrado que…

Hoy vas a ser la mujer
que te dé la gana de ser
Hoy te vas a querer
como nadie ta sabio querer
Hoy vas a mirar pa’lante
que pa atrás ya te dolió bastante
una mujer valiente, una mujer sonriente
mira como pasa

Baños, Epicuro, esguince

En este último feriado tuve una serie de experiencias únicas, maravillosas y que siempre guardaré en mi memoria.


Hace muchos años fui a Baños, pero no pude recorrerlo mucho debido a que mi estancia fue corta y debido a un taller de liderazgo juvenil al que fui con un grupo de jóvenes. Por ello, pasamos encerrados en talleres dentro de la hostería. Desde esa ocasión me dije: debo regresar a Baños y disfrutarlo.


Dos años atrás me propuse viajar, pero siempre se cruzó algún inconveniente. Desde la muerte de mi papá, las erupciones del volcán Tungurahua, derrumbes en la carretera, los panas estaban ocupados, planes aquí, cosas allá, y nada. Pero por fin, se dio la oportunidad y el feriado que pasó, nos pudimos organizar 10 panas de distintos puntos del país y encontrarnos en tan maravillosa ciudad.


Bueno, debo confesarles que panas no éramos todos. Un amigo llevó a 3 amigos suyos, recién en el viaje íbamos a conocerlos. Yo le pedí foto y currículum vitae para aprobarlos primeros jeje, mas nunca los dio. Pero bueno, no hizo falta. Apenas los conocimos nos cayeron muy bien, y al final del viaje, se convirtieron en nuevos amigos. Por eso digo, fuimos 10 panas.


Baños es una ciudad donde puedes encontrar muchas cosas que hacer, y muy variadas. Desde relax total hasta adrenalina pura. ¿Yo qué hice? Ya deben saberlo. ADRENALINA. Los que más me conocen saben que tengo una lista de tres locuras que quiero hacer antes de morir:


  1. Bungee jumping
  2. Rafting
  3. Salto en paracaídas

Damas y caballeros, pueden ir tachando las dos primeras de la lista. Por fin las hice. ¿Cómo fue? Increible, fabuloso, fantástico, revitalizante, maravilloso. El saltar al vacío es una sensación indescriptible. Es confiar, dejarse llevar y caer. El vértigo es mortal. Pero uno vuelve a nacer. Grité de emoción, sonreí y volé. Es una liberación.











Luego les contaré qué pasó aquí...




La farra, para qué contarla. Bailé hasta que no me dieron más las piernas. Riquísimo.

Al día siguiente, seguíamos con las ganas de aventura. En la mañana nos zambullimos en el río Pastaza para iniciar el rafting. El guía nos botó al río para aprender a rescatar y ser rescatados. Es un trabajo en equipo, una lucha contra las corrientes, equilibrio, precisión. Fabuloso. Por la tarde, volvimos a tener un delicioso contacto con la naturaleza, en especial con las cascadas. Realizamos canyoning (descender cascadas con arnés y cuerdas). Un deporte que requiere fuerza, concentración, equilibrio pero sobre todo confianza. El instinto de supervivencia te dice "estás loco, qué diablos estás haciendo, te vas a ir cascada abajo, ¡piedras, pieeedraaaas!" y te aferras. Pero si te quedas en ese temor, te bloqueas y pierdes la oportunidad de experimentar algo maravilloso (sí, ya me estoy dando cuenta que he usado esa palabra un par de veces pero es porque resume lo que sentí en todo el viaje). Sentir el agua golpeándote, descender poco a poco, perder ese miedo a caerte y confiar, porque si pierdes el equilibrio, igual te quedas guindado gracias a que estás atado a la cuerda. La última cascada fue fabulosa, porque son casi 40 metros en los que desciendes sin pisar nada, estás en el aire. Como en las películas de acción.

Esa noche, sí, sí, nuevamente salir a farrear. Le saqué el aire a mi cuerpo esos dos días pero valieron la pena.

Regresando de Baños me llega un mensaje de una amiga: "oye mona, Epicuro menciona tu blog en su columna". Y yo me quedé así O_o (sorprendida). Apenas tuve un diario a la mano busqué el dichoso artículo y qué grata sorpresa al descubrir que al redactor de esa columna le ha gustado mi blog, y se sintió identificado con lo que escribo aquí. Ya le envié un mail agradeciéndole la mención, pero aprovecho este espacio para hacerlo público. Se puede decir que me he sentido halagada. El párrafo donde menciona mi blog dice así:

De blog en blog llegué a uno llamado ‘Cuando mis dedos acarician las teclas’, compartí Edith Piaf, El Principito, Almodóvar, Enigma, ternura, erotismo, El Circo del Sol, chocolate, sabores múltiples para el cuerpo, el alma, besando bebés, curando heridas, queso de coco, batido de banano con vainilla, libros, café, cabello largo, Montañita, vino tinto, baño de sencilla poesía que me dejó cautivado, todo en maravilloso desorden.

"Todo en maravilloso desorden...". Qué buena descripción ;o)

Volviendo un poco más arriba, en la última foto que puse aparezco con un golpe en la quijada. Lamentablemente me tocó un guía no profesional que me indicó de manera incorrecta cómo debía lanzarme. Me dijo que debía pararme recta, no flexionar las rodillas y dejarme caer. Cuando es todo lo contrario. Debo flexionar las rodillas y saltar como si fuera a hacer un clavado en la piscina. Debido al mal salto, la cuerda me golpeó la quijada, y mi cuello hizo un "efecto látigo" (como en un choque automovilístico). En ese momento, con la adrenalina y la emoción, no me dolía tanto. Pero luego empezó a molestarme el cuello, y el dolor se extendió a los hombros y espalda. Tocó visitar al doctor.

Radiografía contigo.

Diagnóstico: Esguince cervical.

<:O

Resultado: usar un collarín durante 3 semanas.

x-(

Lo bueno es que no es una lesión tan grave, porque es a nivel muscular, la estructura ósea está intacta y eso es positivo. El collarín ayuda a que mi cuerpo se recupere por completo al tener inmovilizado el cuello. Mi pobre cuello. ¡Extraño mi cuello! Debo usar el collarín en todo momento, menos para bañarme. Así que ahora me conocen como la Monabot.

Y así, damas y caballeros, puedo resumirles lo que he vivido estos últimos días. Una mezcla de locuras, adrenalina y diversión. A pesar de no haber salido ilesa de todo, no me arrepiento de nada. Porque bien dice el dicho: sarna con gusto no pica ;o)