viernes, diciembre 09, 2011

¡Qué manía de pitar!


Señor, señora, a todos aquellos que están detrás del volante de un carro, quisiera aclararles algo:

  1. El pito no es un rayo láser desintegrador que hará desaparecer al carro delante suyo.
  2. Tampoco están en algún juego en donde mientras más piten, más puntos reciben.
  3. No, usted no lleva consigo una tarjeta de "pitador frecuente", la cual luego de poncharla toda le darán un obsequio.
Es irritante ver cómo muchos consideran el pito como un medio de comunicación. Pitan por todo. Para saludar, para putear, para decir que van a pasar, para indicarte que están atrás tuyo, para que arranques, para que frenes, para que aceleres, para que bajes la velocidad. Pitan, pitan, pitan. Entre los peores están los que se sincronizan con el verde del semáforo. Es impresionante la habilidad que tienen para pitar en el mismísimo instante en que la luz cambia de rojo a verde. ¡PIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!


Y claro, como se les hace raro ver a una chica pedaleando por las calles de Guayaquil, es un motivo más para pitar. "¡PIIIII! ¡PIIII! Mira, mira, una chica en bici. ¡PIIII! ¡PIIII!".

¡PIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!

¡PIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!

¡RE PIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!

¡REPUTA QUE LOS PARIÓ!

¡Anda pítale a la más vieja de tu casa! (Insulto aprendido de una amiga).

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