Se acaba el 2012. Todo el mundo empieza a desear cómo quiere que sea el 2013. Y es ahí donde escucho cosas como:
- "Que todo el 2013 te vaya bien".
- "Que nada malo ocurra en este nuevo año".
- "Que no tengas problemas".
Y así sucesivamente. Y está bien. Es comprensible que desees cosas buenas para tus seres queridos. Y para ti también, obviamente. Es normal que no quieras estar enfermo, sin dinero, triste, con problemas, estrés, el corazón roto, etc. No debemos desear el mal a nadie, por el karma, la ley de la vida, y todo eso, que dice que todo lo que deseas al otro, se te va a regresar. Más el pensamiento positivo, la ley de la atracción, y bueno, todo aquello. Esperen, esperen, faltó mencionar la física cuántica. Ya, listo.
Sin embargo, yo no estoy de acuerdo con desear que sólo hayan cosas buenas. No significa que quiera que pasen cosas malas. No lo quiero. Pero no podemos obviarlas, esconderlas, o simplemente hacerlas desaparecer como por arte de magia. Las cosas suceden por algo, y debemos aprender de ellas. De las buenas y de las malas experiencias.
¿Qué aprendí yo de las "cosas malas" que me sucedieron este año?
- Que debo andar en bici con mucha más precaución. Porque Guayaquil todavía no es una ciudad amigable con el ciclista. Hay que seguir luchando.
- No debo dejar mi billetera en la mochila dentro de la bodega de un bus interprovincial. Sí, viajar ligera y todo, pero fue un descuido de mi parte, y adiós documentos y billete.
- Puedes quedarte un tiempo estancada, o perdida, sin saber qué hacer. Pero debes buscar la manera de salir adelante. Y al hacerlo, verás hacia atrás, y te sentirás bien al haberlo logrado.
- Las relaciones no duran para siempre. Guarda tu momento de luto, levántate, y sigue tu camino.
Dejen de pedir que no haya "cosas malas" en el 2013. Son necesarias, para apreciar las "cosas buenas". Es simple y puro equilibrio. Lo que deben pedir es ingenio, y buena actitud, para solucionarlas, y salir adelante. Aprender de las experiencias y seguir creciendo. ¿Cómo creen que sería una vida con puras "cosas buenas"? Aburrida. Necesitamos obstáculos, desafíos, metas. Ellos son los que nos definen.
Es por esto, que yo deseo un 2013 que me sorprenda. Que me haga crecer, ser mejor. Un año en donde pueda seguir aprendiendo, que me dé oportunidades de reír, y de llorar. De abrazar. De enojarme. De perdonar. Un 2013 para agradecer. Para caerme, y volverme a levantar. Para ser feliz.
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