¿Qué sentido tiene tu vida si
todos los días no haces el amor?
¿Cómo ansías ser feliz si no
haces el amor desde la aurora
hasta el ocaso?
Ahora bien, se supone que para ti
hacer el amor es mucho más que
acostarse con alguien.
Hacer el amor es aprender a dar
sin interés, respetar al otro sin
manipularlo, brindar confianza con
la sinceridad.
Haces el amor cuando sonríes y
compartes, cuando perdonas y eres
comprensivo. Eres el amante
perfecto cuando te dedicas a
alguien con ternura y detalles,
con el diálogo y la fidelidad.
Sabes hacer el amor si ayudas al
otro a superar sus fallas y a
fructificar con sus talentos:
si sabes estar con él en la luz
y en la sombra, en las alegrías
y en las penas.
Si maduras para amar de verdad
entonces también disfrutarás al
"hacer el amor" con amor en unas
relaciones sexuales gratificantes
y llenas de humanismo.
La vida te enseñará que, de hecho,
el amor no se hace sino que se vive
y que no es una experiencia fácil en
el sistema consumista.
"Oasis", Gonzalo Gallo González.
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