lunes, septiembre 27, 2004

Departamento de Quejas

- Ya no la soporto más. Me tiene hinchadas las que no tengo y aunque no tengo esas me tiene hinchadas unas más arriba que sí­ tengo y con mucha honra las llevo. Pero de ellas no me estoy quejando, no por ahora, no en este momento. A la que ya no soporto es a esa cosa que tengo en mi casa. Esa cosa que me sigue a todos lados y no me deja respirar en paz, no me deja disfrutar del aire pues ella también lo respira, me lo quita, me lo roba.

- ¡Tun tun! -Sonido caracterí­stico de Casa Tosi del Policentro- Sr. Gonzalo Ramí­rez, se solicita su presencia en información. Sr. Gonzalo Ramí­rez, por favor acérquese a información.

- Y es que con ella no se puede vivir, con ese bichito, porque eso es lo que es. Cada vez que lo veo me dan ganas de aplastarlo, pero no, no puedo, enseguida sale la muchacha que atiende al abuelo y se la lleva lejos de mí. Pero si es un bicho, tengo que aplastarlo pues, lo más obvio. Sobretodo si es un bicho tan horrible y nauseabundo como lo es ella. Y es capaz de ser como las cucarachas, esas que si ocurriese una catástrofe atómica, todaví­a caminarían por la faz de la tierra. Ya me la imagino después de tremenda explosión, disfrutando el mundo como sólo ella sabe hacerlo. Aunque sea tengo el consuelo que no estaré ahí­ y así­ no me siga jorobando la paciencia.

¿Por qué no va a joder al abuelo? Claro... Con el abuelito sí­ se porta bien la cosa esa, un ejemplo a seguir, todos los bichos asquerosos deberían ser como ella. ¡Maldición! ¿Quién la trajo a mi casa? Sin siquiera preguntármelo, sin tomar mi opinión en cuenta. Aunque ya estoy acostumbrada a eso. Sólo porque el trabajo me absorbe casi todo el tiempo creen que no existo, que no soy más que un huésped alojado en una habitación de hotel desde hace más de 20 años. Eso soy para ellos, un cliente, nada más, alguien a quien tenerle el cuarto limpio, la comida guardada, la ropa planchada y los mensajes telefónicos bien escritos. Pero claro, cuando no estoy en el trabajo y quiero disfrutar un poco de paz y tranquilidad, aparece ella, esa. Y después se quejan que no paso tiempo en la casa, pero si es más que obvio, ¿cómo quieren que esté en la casa si esa cosa me sigue a todos lados oliéndome los pedos que me tiro debido a los malditos condimentos que utilizan en exceso? O es esa cosa o soy yo, porque mientras ella comparta ese espacio de cuatro paredes llamado casa conmigo, prefiero escaparme y tratar de disfrutar ese regalo que algún ser superior nos dio llamado vida.

-¡Tun tun! Casa Tosi tiene el agrado de informarles que se va a realizar una demostración de la nueva línea de maquillaje "Linda" por lo cual pueden acercarse a la sección de perfumes para poder disfrutar de dicha demostración. Muchas gracias.


- Y eso que ni te he hablado de mi trabajo. Por más que ya no lo aguanto prefiero estar ahí­ que soportar al bicho ese que pasa en mi casa todo el dí­a. Mi jefe es un coco con patas: Cabeza dura y nada más que agua adentro. Según él se jacta de haber luchado y haber sudado la gota gorda para llegar a donde está y bien sabemos que se palanqueó el puesto por haberse estado tirando a la hija del dueño hasta que el muy mamerto metió la pata y no sólo una sino tres porque el gol le salió al cubo al muy pendejo ese. Por lo menos para algo parece ser bueno.

Y no sabes cuánto me cabrea no tener nada que hacer, aunque tengo amigos que dicen morirse por un trabajo así pues tengo mi computadora con Internet. Yo la verdad no los entiendo. Eso de la súper autopista de la información es completamente ajeno a mí­ pues nunca me han gustado esas cosas, eso de ir manejando muy rápido y con tantos carriles y en que cada uno manejas a una velocidad diferente. No, mucha cosa para mí, yo prefiero las calles con dos carriles nomás. Aunque se supone que en Internet uno navega, entonces, ¿Porqué es autopista? Sea como sea yo no entiendo eso y como leí­ una vez no me acuerdo dónde, a veces uno en Internet no navega sino que naufraga pues nunca encuentra lo que está buscando...

¿Y por qué me pones esa cara? ¿Qué significa esa expresión en tu rostro?

- Disculpe señorita pero este es un Departamento de Quejas y con todo respeto...

- Pero claro que sé lo que es, acaso me has tomado por pendeja o qué. ¿Qué crees que he estado haciendo desde que llegué?, ¿Jugando ping pong?

- Bueno... Sí­ señorita pero...

- ¿Qué?, ¿Crees que he estado jugando ping pong?

- No, no señorita, de ninguna manera. Lo que le querí­a decir es que...

- ¿Entonces? Oye, la verdad no te entiendo. Este es un Departamento de Quejas y yo he venido a quejarme, se supone que sirven para eso, ¿verdad?

- Bueno... Sí señorita pero no para esa clase de quejas exactamente...

- ¡Ay! Señor, yo a usted la verdad no lo entiendo. Usted se está contradiciendo con todo el debido respeto que se merece. Y la verdad no ha sido el único. Ya me ha pasado lo mismo en sus otras sucursales. Creo que tendré que ir a quejarme a su matriz sobre el mal servicio al cliente que ofrece esta empresa. Dí­game, ¿Dónde queda la oficina principal?

- Este... Bueno... La verdad es que...

- ¿Cómo, no sabe? ¡Uy Dios mí­o! Esto es inaceptable en un empleado. ¡No señor! Esto no se va a quedar así­. ¿Sabe qué? No se preocupe, yo misma me encargaré de encontrar la información para así­ poder presentar mi queja formal. Bueno, ya se me hizo tarde la verdad y tengo que regresar a ese trabajo de mierda que tengo. Ese trabajo que ya no soporto, a ese jefe que me dan ganas de decirle sus cuantas verdades y saber muy bien que en la noche, al regresar a casa tendré que encontrarme con esa cosa que se hace llamar hermanita menor y tener que aguantarla hasta que la muchacha que cuida al abuelo se la lleve porque sino soy capaz de pisarla. Pero bueno, me voy nomás porque sino me quedo aquí­ todo el dí­a y no quiero llegar tarde. Igual imagino que las personas que están atrás mí­o también tienen quejas que usted tendrá que escuchar. Que tenga un buen dí­a señor.

4 comentarios:

Joseph Seewool dijo...

Está muy bien, Nita (-¿puedo llamarte así?; claro que puedes llamarme Jo...8-)
Decía que está súper tu mezcla de monólogo interior y diálogo. Veo que manejas una variedad de estilos y registros (tantas como personas llevas dentro, eh?).
..."esa COSA que se hace llamar hermanita menor"...No sabes cómo te entiendo...He notado cierto regusto a Kafka, ¿es una de tus influencias?
Un besito.

Diana Patiño Flor dijo...

Por supuesto que puedes llamarme Nita- así me conocen en este mundo. ¿Sabes? Estamos haciendo este viaje juntos, tú leyendo por primera vez mis escritos y yo volviendo a leerlos, recordando mis inicios. Recuerdo este escrito en especial, me salió de la nada. No tengo hermanos menores por si acaso, sólo uno mayor.
Kafka, lo he escuchado pero no leído, tocará buscar alguno para leerlo, ¿alguna recomendación?

Besos de vuelta.

Joseph Seewool dijo...

Me atrapa este viaje. Y sigo aquí, para no romper el contexto. Es magnífico que te saliera de la nada.
¿Recomendación? Te ofreceré una terna: El proceso (imprescindible para mí, por mi profesión); La metamorfosis y sus Diarios 1910-1923.

Diana Patiño Flor dijo...

Los buscaré =o)