lunes, septiembre 27, 2004

Desahogo

No puedo creer que esto me esté pasando otra vez. Lo que pensé haber dejado atrás en el pasado ha vuelto a rondar en mi presente. Los recuerdos, los detalles, los sentimientos y pensamientos de ti han regresado y con más fuerza ahora.

Y yo que pensaba que lo habí­a superado, que la herida de mi corazón habí­a cicatrizado y que tus recuerdos se iban a quedar en el pasado. Qué tonta he sido. Algo tan fuerte no puede acabarse tan fácilmente.

Y ahora que mi corazón pertenece a otro, no puedo dejar de pensar en ti. Tu mirada, tus besos, el suave roce de tus manos en mi piel, el delicado aroma que emanan tus poros. Todo esto y más regresa ahora, en este momento, cuando estoy pensando en ti, inspirada en ti, a la luz de una lámpara de velador y con un poco de música de fondo que he puesto en tu honor.

Cada vez que te veo, mi corazón pega un brinco. Maldito corazón, ¿Acaso no recuerdas que él te lastimó? Que se fue sin decir palabra y regresó como si nada hubiera pasado entre los dos. Ha cambiado me dices, parece estar arrepentido repites. Ojalá tengas razón pero, si la tienes, ¿Qué pasará?

Pase lo que pase siempre recordaré los bellos momentos que en tu compañí­a disfruté. Agradezco al cielo, a Dios también, por haberme dado la oportunidad de conocerte y que seas parte de mi ser.

2 comentarios:

Joseph Seewool dijo...

Y un ingrediente más para aguzar la atención, un corazón herido y dividido. Atravesamos una zona de turbulencias emocionales.
Continúo leyendo...

Diana Patiño Flor dijo...

Un corazón turbulento, suculento, jeje...

Mi vida amorosa es como una montaña rusa, aunque a veces me dan ganas de bajarme.