No es lo mismo
pensarte que extrañarte:
pensarte es acordarme de ti,
extrañarte es sentirte lejos de mí.
Mis días sin ti no son lo mismo:
cuando estoy contigo me siento en la gloria,
cuando no te tengo te extraño más con cada hora.
Mis brazos sin ti no son los mismos:
con los tuyos se entrelazan fusionándonos en uno,
cuando no te tienen buscan desconsoladamente un refugio.
Mis manos sin ti no son las mismas:
ya que una cosa es acariciarte de norte a sur
y otra muy diferente imaginarte sabiendo que ahí no estás tú.
Mis ojos sin ti no son los mismos:
cuando te tienen en frente se deleitan observándote,
cuando no te encuentras enloquecen buscándote.
Mi corazón sin ti no es el mismo:
cuando se acerca al tuyo palpita al unísono,
cuando no te tiene palpita sin ritmo.
Mis labios sin ti no son los mismos:
al unirse a los tuyos deliran de emoción,
si no te tienen agonizan por tu amor.
No es lo mismo
pensarte que extrañarte:
pensarte es acordarme de ti,
extrañarte es sentirte lejos de mí.
1 comentario:
Coincido plenamente. Cuán acertada tu descripción. Uno se realiza a sí mismo en su fusión con el ser amado. Tú das vida y sensación fisica a esa idea.
Publicar un comentario