viernes, enero 06, 2006

Segunda oportunidad

Nuevo año vida nueva dicen por ahí. En mi caso vida nueva no sé si decirle, por lo menos, lo que sí puedo asegurar es una vida mejorada... Por ahí también dicen que todas las personas merecen una segunda oportunidad y hay quienes dicen que también una tercera, cuarta y bueno, las que sean necesarias. Yo no estoy completamente de acuerdo con esto último, todo es relativo como he aprendido con el tiempo así que uno debe decidir cuántas oportunidades debe dar, a los demás, y a sí mismo.

Hace unos días me ocurrió algo particular. Salí un momento de mi oficina para ir al baño y luego a tomar agua y al regreso me detuve en recepción para ver si había alguna novedad. Allí sentada se encontraba una compañera de clases a la cual no veo muy seguido porque sólo estoy recibiendo un par de clases restantes para obtener mi título. Ya que ella tiene un piercing en la nariz al igual que yo, le pregunté dónde lo había comprado y a cuánto porque como ando media roñosa últimamente, no quiero gastar $3 en un tubito de 3 milímetros de acero quirúrgico, precio y tamaño del piercing que me debo comprar ahora. Le apreto el codo a algo tan chiquitico y con ese valor. Como me dijo que a ella le costó lo mismo no me quedó de otra, tendré que comprarlo... Claro, también hay piercings de a dólar pero habrá que ver de qué material está hecho, no vaya a ser que se me infecte y ahí sí la cura me saldrá más cara todavía...

Pero bueno, ya me estoy desviando así que me encarrilo de nuevo. Yo la conozco a ella desde hace 3 años, cursamos el primer año de la universidad juntas y ahí sí la veía todos los días y en todas las clases, y en resumen, no la soportaba. Era una chica completamente añinada y superficial, hipócrita y media boba también porque cada vez que abría la boca, era para decir "qué cholo esto" o botaba cosas sin lógica. Una vez me tocó hacer un trabajo con ella y ni más, reconfirmé toda la imagen que me había hecho. Por eso mejor ni le paraba bola, la saludaba nomás por educación y bueno, no la tenía en mi lista de amigos.

El segundo año para bien de muchos, se retiró de la u porque se fue a Miami a estudiar fotografía, cine y no sé qué más. La verdad no la extrañaba, las clases eran más interactivas, cualquiera podía hablar sin ser criticado estúpidamente y los trabajos en grupos se desarrollaban con mucha más facilidad.

Viene el tercer año y de repente aparece caminando por los pasillos de la u. Me enteré que había regresado y para colmo que sería compañera mía en dos clases. Yo dije "Dios mío, ¿qué he hecho para merecer esto?" y me propuse a aplicarle el efecto vaselina: todo me resbala.

Pasaban los meses y poco a poco me fui dando cuenta de algo, ya no hacía comentarios estúpidos y fuera de lugar, se la veía conversando con sus nuevos compañeros y parecía caer bien a la gente. ¿Habrá cambiado? me pregunté algunas veces pero todavía no lo podía creer. La tuvimos (el curso entero) que soportar un año entero y ahora ha regresado diferente.

Regresando al presente, luego de preguntarle lo del piercing, cruzamos un par más de palabras sobre el mismo tema, luego pasamos a otro y después a otro. No me había dado cuenta que habían pasado de 10 a 15 minutos y estábamos teniendo una conversación amena e interesante. Fue justo esa noche en que me di cuenta que sí, que parece haber cambiado y para bien. Todavía se le sigue saliendo un poquito lo añinada pero por lo menos lo controla bastante.

¿Segunda oportunidad? Claro, se la merece, ¿por qué no dársela? Me di cuenta que tenemos gustos afines y aunque puede que no llegue a ser panita del alma, por lo menos sí alguien con quien conversar y pasar un rato chévere.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Parece que algo sucedió en Miami que indujo un cambio, una maduración en tu "amiga". Te dejo que investigues qué pudo ser lo que sucedió...o podemos especular sobre ello.