Pereza 1 - Mona 1

Estos últimos días el clima ha estado en mi contra. Amanece nublado, se siente un rico frío y la calidez de mi cama trata de arrastrarme a sus profundidades para hacerme difícil poder levantarme. Y claro, cuando una loca madruga a las 5y30am para iniciar sus actividades diarias (cuando ni siquiera sale el sol, sí señores, a esa hora todo está oscuro), la pereza es muy, muy grande.

Pero el día de hoy se pasaron. Amaneció lloviendo. No una lluvia fuerte, sino una llovizna constante. La lluvia perfecta para darte vuelta en la cama, acomodar la sábana, hacerse bolita y volver a dormirse. Oh sí. Cerrar los ojos, respirar profundo y sonreír mientras Morfeo vuelve a rodearte con sus brazos y te dejas llevar a su reino.

Y en este momento, cuando son las 2y35pm, he almorzado y terminado mis asignaciones del día. ¿Puedo irme a la casa? No. Cha que... Días como el de hoy, en que me embalo con los textos, me juega en contra el maldito horario de 8 horas laborales. Sueño con mi cama, calientita. Un chocolate caliente recién hecho, un sanduchito de jamón y queso (con un piti de mostaza y mayonesa) y una buena película. Pero una que ya haya visto, para poder quedarme dormida a la mitad sin ningún problema.

Ca-ma.

3 horas más mona, faltan 3 horas más para poder irte. Sería el colmo que llegue a casa y se me haya quitado el sueño.

Para colmo, hoy me tacharon de andar emo por quejarme de la pereza. Y ahora que reviso este post, pueden tener razón. Ando en modo "no quiero no quiero no quiero" .

Mmm... ahora que lo pienso, a esa ecuación de más arriba le falta una variable que la haría perfecta: una persona con quien acurrucarme. Hundirme en su pecho o posición cucharita (qué goce esa expresión) y dormitar toda la tarde. Claro, no me afectaría tener alguna interrupción para tener un poco de acción, pero con tal de volver a dormir, aaahhhh, sería maravilloso.

Pereza, el día de hoy me estás dando una muy dura batalla.