lunes, septiembre 27, 2004

Madrugada

Como siempre de madrugada
llega mi inspiración apresurada
a dictarme con ansias
lo que el corazón le manda.

Es la una de la mañana
y estoy acostada en mi cama,
pero en vez de estar durmiendo
te estoy escribiendo esto.

No hay bulla que interrumpa
mi memoria e imaginación,
sólo los sonidos de la noche
que se unen con una canción.

Recuerdos que florecen
de un corazón latente
de lugares y gente,
que siempre estarán presente.

Los ojos se me cierran
para hacer más ní­tido un recuerdo,
el de una dulce caricia
o el de un sincero "te quiero".

De recuerdos no vive la gente
y del pasado no viviré yo,
sólo me queda el presente
ya que el futuro quedará por verse.

Sin embargo me pongo a pensar
en mil formas de comunicarme contigo,
para achicar la distancia
y poder darte mi cariño.

En bus son ocho horas,
media hora en un avión,
ocho números en un teléfono
o sólo un clic en el buzón.

Un suspiro a medianoche,
un sueño reparador,
un cerrar de ojos
o un latido del corazón.

Dale tiempo al tiempo,
yo sé que el nuestro llegará,
para poder mirarte a los ojos
y decirte "te quiero cada día más"

Como siempre de madrugada
llega mi inspiración apresurada
a dictarme con ansias
lo que el corazón le manda.

4 comentarios:

Joseph Seewool dijo...

Madrugada
Esta vez poesía con rima y todo. Para completar el elenco.
La una de la mañana, para mi no sería tan tarde, la extrema lucidez me puede llegar a las cuatro o cinco, si consigo mantenerme despierto claro. En este instante es la una y trece.
Inspiración apresurada, dices, y ansias, bueno, esto define tu personalidad.

Diana Patiño Flor dijo...

Uy... esos amores a distancia.

Joseph Seewool dijo...

Si, en bus eran ocho horas. ¿Hiciste muchas veces ese trayecto? ¿O lo hacía el? ¿Sientes nostalgia? Tienes mucho para contar, tal vez más adelante lo vaya descubriendo.
Aún así, ya me voy haciendo una imagen (todavía difusa) de ti, de tu personalidad..
Me gusta y me enriquece leerte. Gracias, Nita.

Diana Patiño Flor dijo...

Esa fue una relación a distancia, que no funcionó, por el mismo factor de la distancia. Fueron 8 meses en los cuales sólo nos vimos 2 veces. Tuve que terminar porque no me estaba haciendo bien.