¿Saben lo difícil que es para una persona que toda su vida se ha dejado llevar por la pasión meterle cabeza a las decisiones?
Ser congruente.
Decir algo y sostenerlo.
Aguantarse, por más que quiera, morderse los labios y amarrarse los pantalones.
¿Decidiste hacer eso? Ahora cúmplelo.
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