3/23/2005
Luego de sentarse cómodamente en la cama, apoyando su espalda contra el respaldar de la misma, cogió el teléfono de la mesita de noche y marcó su número.
- ¿Aló?
- Hola mi amor, ¿cómo estás?
- Aquí mi vida... extrañándote como no tienes idea...
- ¿En serio? y ¿qué estabas haciendo?
- A punto de meterme al baño, me iba a dar una ducha rápida antes de dormir.
- Oh, qué pena... Y yo que te quería contar algo interesante.
- Pero dime, ¿qué cosa?
- Que hoy soñé contigo. Estábamos en una playa, sólo nosotros, acostados en la arena y tu me estabas desabrochando la parte superior de mi bikini.
- ¿En serio? y ¿qué más estaba haciendo?
- Luego dibujabas en mi cuerpo un caminito, bajando lentamente hasta mi entrepierna, la cual ya estaba empezando a humedecerse. Tus dedos me mortificaban con sus caricias y luego hundiste, lentamente, uno de ellos hacia el interior de mi vagina.
- Mmm... ya lo puedo imaginar... y tu querido amiguito ya se despertó acá abajo. Te manda saludos. Y sigue... ¿qué más pasó?
- Espera que tengo una llamada en espera...
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