El sábado pasado participé de un hermoso taller en La casa de mis padres, sobre escritura y sanación interior. Allí, un grupo de desconocidos nos abrimos y compartimos nuestros miedos, sueños, anhelos. Algunos lloramos, también nos reímos (ambas manifestaciones provienen del mismo lugar), y simplemente estuvimos. Fuimos. Hubo 3 ejercicios de escritura, muy íntimos, muy lindos. Pero algo ahí, esa tarde, despertó. Como nos dijo Marcela, a partir de ese día, algo iba a germinar en nosotros.
Bueno, en mi caso lleva germinando hace ya un buen tiempo, sólo que no lo dejo florecer. ¿Pero han visto cómo la naturaleza se abre paso a través del concreto?
Eso está sucediendo en mí.
¿Y ahora? Ya basta:
Ya basta de seguir perdiendo mi tiempo en un lugar donde no estoy satisfecha.
Ya basta de seguir estancada en mi zona de confort.
Ya basta de seguir esperando a que se decida y tome la decisión. Ya sea de estar conmigo o no.
Ya basta de seguir preguntándome dónde está el hombre de mi vida.
Ya basta de seguir permitiendo que otros gobiernen mi vida.
Ya basta de seguir postergando mis sueños.
Ya basta de no meterme a clases de danza.
Ya basta de no viajar.
Ya basta de no bailar.
Ya basta de querer tener un cuerpo perfecto.
Ya basta de hacer dieta.
Ya basta de tratar de encajar en el sistema.
Ya basta de dejar de hacer lo que quiero hacer, por no dejarla sola, por no irme en su contra.
Ya basta de querer ser. Es hora de ser.
Este texto fue uno de los tres ejercicios que hicimos. Ligeramente editado, porque tampoco voy a darles detalles. Fue algo íntimo les puse más arriba, no sean sapos. Sea como sea, fue un ejercicio liberador. Les invito a probarlo. Claro, ahora necesito uno de esos aparatos que ponen afuera de ciertas tiendas donde van pasando las palabras, ¿cómo se llaman? Bueno, poner uno de esos en mi cuarto para que cada tanto pasen estas frases y así no dejarlas en el cuaderno. O en mi mente, también puedo instalar uno de esos ahí.
Así que ahora me vuelvo a repetir la pregunta: ¿Y ahora?
Pues ahora a romper esas fronteras mentales. Como dice el título del post. El asunto aquí es dejar de limitarme. Tal como la naturaleza se abre paso ante algo tan fuerte como el cemento, siendo algo tan delicado como una planta. Pero la naturaleza es sabia y busca la forma.
No limitarme. No quedarme.
"La vida es así, de frágil y fugaz, y a veces se nos olvida".
1 comentario:
Eso mismo sólo hay que perder el miedo a volar porque el mundo ya es nuestro , sólo está esperando por valientes para ser vivido al máximo
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