lunes, septiembre 12, 2022

Derecha.

Se conocieron deslizando a la derecha. Ambos tenían la sensación de conocerse desde antes, aunque no sabían de dónde. Lo más seguro es que se hayan visto en algún lugar y no lo recuerdan. Pero sus rostros eran familiares. ¿En otras vidas? ¿Universos alternos?

Ella no busca amor. ¿Él? Ella no lo sabe. Cuando le preguntó él respondió: "lo mismo". No busca amor entonces, ella pensó para sí. Pero al decir "lo mismo" no se sabe qué mismo busca. Quizá no busca nada específico, susurró una pequeña vocecita en su cabeza. Que se dé lo que se tenga que dar, sentenció la misma voz. Y él estuvo de acuerdo.

Es a esa voz a la que le gusta jugar, contigo, que me estás leyendo, conmigo, quien está escribiendo, con él, quien me está inspirando. Aquel juego de seducción tan fácil de jugar, de seguir las reglas. Pero primero, establezcamos las reglas: 

Lo primero es que sea soltero

Con cerebro sería el dos

Que esté bueno va de tercero

Y de paso que tenga buen humor

Ahora esa vocecita sugestivamente propone: "Tocará pasar al siguiente punto en la historia. Tú y yo en el mismo lugar. Piénsalo..." ¿Ya estamos en ese punto? Se preguntaron ambos. "Una cerveza cada uno. Una mesa. Quizá música de fondo", acotó la voz.

Y por ahora hasta aquí llega este escrito. Estamos en apenas el piloto. Quizá ni pasemos de este primer capítulo.

Que se dé lo que se tenga que dar.



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